Nada que contar con el capote de Talavante. Se movía suelto sin mucha fijeza pero siempre pronto al cite. Alejandro no se acopló de inicio con su oponente en el trasteo muleteril. Un astado que se amarró en la muleta sin buscar las querencias que antes marcaba pero de embestida muy irregular. Talavante lo muleteó por ambos pitones sin mucho consentimiento y la cosa terminó como empezó sin ajuste y muchos tropiezos. Soltó la cara pero también tuvo entrega y humillo mucho. Media y varios descabellos.
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