El Juli, oreja frente a una destartalada corrida de Garcigrande

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EMILIO TRIGO / FOTOS: ARJONA-PAGÉS


El primero de los cartelazos del ciclo continuado del abono maestrante llegaba en la tarde de este jueves de preferia al coso del Baratillo. En el cartel, Morante, Juli y Talavante haciendo a las seis y media en punto el paseíllo con un encierro de Garcigrande como materia prima ganadera.


Tarde gris plomizo en Sevilla. Un cielo caprichoso que descargó una llovizna suave pero de esas que te calan hasta los huesos por su continuidad. Así comenzó un festejo de "no hay billetes" que arrancó con la climatología a la contra. Y como dice en refranero "las cosas no gustan con malos principios". El abreplaza fue un voluminoso ejemplar que salió medio moribundo del chiquero. Morante atisbo algún intento de lance pero sin más, como dictaba el preceptivo guión de la lidia. La suerte de varas casi inexistente un mero trámite burocrático y el último tercio sin relevancia alguna. Totalmente inocuo, invisible por tan paupérrimo astado. Silencio.


Julián recibió a su oponente con alguna pincelada capotera a la verónica. El madrileño cuidó a su astado en el caballo que poco a poco se fue espabilando. López se explayó en el quite con un pasaje variado que recordó a la tauromaquia Azteca. Replicó Talavante por chicuelinas verticales y expresivas. El Juli brindó al cielo su primer toro. Un Garcigrande tan discontinuó en la embestida como una pintada de carretera. Toro informal, bajo de raza, sin franqueza en su acometida y con las manos por delante. Julián ofreció la panza del paño con suavidad y también con imput según convenía y necesita el segundo. Firme y muy variado estuvo el de Velilla de San Antonio que construyó faena sin toro. Le sacó lo que nadie veía a pesar de carecer de transmisión. Eso lo puso Julián con su buen hacer y con su aguante al tragar derrotes a la taleguilla con el pitón de fuerza. Pinchazo, estocada y palmas al esfuerzo.


Otro que salió mirando al tendido sin codicia, dormido con poco gas. Alejandro recogió al tercero con buen criterio capotero. Unas pinceladas y permiso para los varilargueros. "Qué no lo piquen" dijo aquel, y le oyeron desde el ruedo. Ordenó el extremo cumplir pero sin castigarlo. De lo mejor hasta el momento del festejo los dos pares de Trujillo al cornúpeta. Talavante ofreció la pañosa con la sinceridad de unas muñecas desnudas para interpretar perlas de mucha calidad. Pulseo sin afectación alguna corriendo la mano tan suave como la lluvia que se desprendía del cielo. Lo mejor vino con la diestra y nada con la siniestra puesto que se venía al cuerpo el tercero de la gris partitura. Oficio y tesón sin nada más que decir. Dos pinchazos, silencio.


13 kilos le faltaban al cuarto para los 650. Una barbaridad para un astado de este encaste. Salió como tenía que salir muy adormecido. Apretó para dentro e hizo rectificar al cigarrero con el percal. Viaje corto, efímero saludo con un toro que nunca gustó a Morante. Leña le dieron en caballo, más leña que en los pinares del Coto. Un Garcigrande nulo de cualquier opción y un Morante que no se dio coba. Un trasteo de compromiso que no agradó a la Maestranza, pero lo cierto, es que no cabía otra cosa. El enfado era por la desilusión de no ver el arte de Morante, más que por el imposible cuarto. Aunque José Antonio rebosa arte hasta vestido de Amaranto.


Julián es figura entre otras cosas por la "insultante" demostración de toda su raza. Llegó a rayar la soberbia muleteril puesto que su pañosa parecía un juez dictando sentencia. Por decreto y mandato aquí gobierno yo. Eso fue lo que afianzó El Juli en una faena tan inteligente y enormemente templada que exprimió al limite la calidad del Garcigrande. El toro le entregó fondo, nobleza y dulzura pastueña para que el madrileño se sirviera a mesa y mantel. Faenón de poder, de mucho gusto y expresión artística que cuajó en los medios con los tobillos llenos de fango por ñas toneladas de sus nachos. Se atracó en el volapié y por eso de fue la espada trasera. Oreja de figuró del torero tras descabello.

El sexto fue otra cosa. Este no tuvo la viveza de su hermano. Viaje corto añadiendo pocas ganas de embestir. El cierraplaza no ofreció nada, ni siquiera para estar mal con él y es que los mulos con cuernos nunca han embestido. Ni con 50 kilos ni con 626 como el desastroso último.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Cuarta de abono. Corrida de toros. Lleno de No Hay Billetes.

Seis toros de Garcigrande.

Morante de la Puebla, silencio y leves pitos.

El Juli, palmas y oreja.

Alejandro Talavante, silencio y 

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