Padilla: "Lisboa es una afición súper cariñosa y está en un momento increíble"

|







Para abrir programa, nada mejor que hacernos eco de Lisboa. Y la ciudad ya tiene un embajador que es Juan José Padilla. De Padilla ya se habló del lío que montó y su cuarta salida en hombros consecutiva. Vamos a vender Lisboa con su mejor embajador, un auténtico ídolo. Lo viví en primera persona. Buenas noches, Juan José.


Buenas noches.


Cuarta salida en hombros consecutiva. Tres vestido de torero y una vestido de paisano.


Fue muy emotiva, esa te saca la afición después de haber conocido esas dos tardes importantes de la temporada pasada en Lisboa. Fue un recibimiento muy emotivo. Por parte de los aficionados y de los chavales fue todo muy emocionante. Matadores como Mendes y otras figuras estuvieron presentes.


Lío gordo el que montaste.


Tenía una responsabilidad después de haber dado cinco vueltas cada tarde, con una afición entregadísima. Para mí eran de ensueño esas tardes. Presentarse en Lisboa con un cartel así de rematado con el maestro Moura y el arrollador Roca Rey marcaba para mí una responsabilidad grande que la afición ha visto en temporadas anteriores. Estaba feliz, tengo un feeling especial con esa plaza y es un marco casi inigualable por ese entorno y por esa acústica, disfruté muchísimo la noche del jueves pasado.


He tenido oportunidad de poder contar en el comentario editorial que conocía Lisboa sin toros y vacío. No pierde su clasicismo con toda la modernidad. El acceso a las localidades son un auténtico museo. Autobuses, parking… lo que me impresionó es la elegancia.


Totalmente. He vivido ya muchas corridas allí y he vivido cerca a la afición y es muy selecta, que muestra seriedad, la que marca la plaza, además de esa elegancia en el tendido.


Rui Bento, que gestiona la actividad taurina, tenía un reto y ese reto pasaba por anunciar a Padilla junto a Roca Rey y a Moura. Era el mismo reto tuyo, llenar la plaza y acabar el papel.


Tenía todos los ingredientes para que esos deseos se pudiesen cumplir. Rui apostó por ese cartel que abre la puerta de la temporada en Lisboa y la gente tiene ganas de toros, sobre todo porque torear con el maestro Moura, que no lo he visto desde los años ochenta en la feria de Jerez, y verlo por todas las plazas en que bordaban el toreo a caballo es un honor. Roca Rey también tira mucho de la taquilla. Se respiraba buen ambiente y se suponía que iba a haber un lleno total. Estaba casi seguro de marcar el no hay billetes y cuatro días antes se colgó.


Es una tauromaquia tradicional, no impositiva, sino que de toda la vida es tradicional así. El espectador desde España se extraña de que no se piquen los toros. Quizá que no se mate a que no se pique. El público no saca pañuelos, sino que aplaude y si en la primera vuelta sigue aplaudiendo se sigue dando otra vuelta. ¿Cómo se le puede asimilar al espectador español en ese contraste?


Hay que partir de la base de que los toreros estamos poniendo muchos peldaños para que el toreo a pie vuelva a tener mucha aceptación en Portugal y los públicos están respondiendo. El año pasado toreamos un cartel de matadores, de rejones y de forçados. Se celebró una corrida en Lisboa después de una década de toreo a pie. Se van educando algunas formas de esa tauromaquia con unos criterios en cuanto a esas peticiones diferentes a las de España. Tienen un concepto muy particular del toreo. En cuanto al tercio de banderillas, se nos hace un poco frío que no haya caballo. Aquí de repente estás banderilleando. Además tienes que adaptarte a un toro sin picar, hay que dosificar ese tipo de embestidas. Tras tu actuación, el premio depende del público, de la sensación o la emoción que haya podido tener. Así te premian. Si has dado una vuelta al ruedo y te aclaman, sigues dando la vuelta al ruedo según la intensidad y del criterio del presidente.


Me llamó la atención la movilidad de los toros y lo que eso propiciaba en faena, con el esfuerzo del torero. Tenían agresividad incluso.


Eso no cabe duda que es lo que transmite al respetable. Es fundamental que el toro tenga esa emotividad, que se atempere su embestida y luego sentirte a gusto y llevarlo a cabo con tu identidad y tu forma de interpretar el toreo. El reglamento español no está estipulado como debiera. Hay plazas de primera en las que a un toro no se le pueden pegar dos puyazos obligatoriamente. Se le quitan capotazos y tenemos el toro con más viveza en la muleta. Eso es fundamental. Ahí se vive un trago pero si el toro tiene buen fondo y calidad, esa raza y esa bravura se condiciona luego en la embestida.


Ocurre un poco como con el toro mexicano. Muchos toreros españoles que no conozcan estas características, pueden tener dificultades a la hora de acoplarse con él.



Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.