Lunes de Resaca: Navacerrada paga de nuevo el pato del populismo en los Ayuntamiento

Para ponernos en situación: Navacerrada, Madrid. Una de las Ferias de novilladas más relevantes del circuito menor, con hasta cuatro festejos de máximo interés con picadores en el año 2014. Unos meses más tarde, un gobierno en bloque de izquierdas entra al poder y por sus santas narices decide suprimir todo lo que huela a toro. Todo, excepto los encierros, claro.

De una de las Ferias de novilladas con picadores más importantes del mes de septiembre y a la que acudía lo más granado de la novillería pasó a no tener ni un solo festejo. Podemos y sus filiales volvían, pues, al ataque imponiendo su pensamiento único en contra de la Fiesta. Y es que el rincón serrano ha pasado en los dos años que tiene a la izquierda radical en el gobierno de una primera línea taurina a la vanguardia animalista gracias al totalitarismo del nuevo gobierno municipal formado por PSOE y el grupo "Vecinos Por Navacerrada".

Diciembre de 2016. El nuevo gobierno, tras dejar huérfanas de toros sus fiestas en los dos años anteriores, enseña de verdad la "patita”: organiza una jornada de adopción de perros y gatos con un logo en el que aparece una mano abrazando a un toro bravo… ¡Bravo! Cartel en el que, además,se anuncian auténticos delirios animalistas como comida vegana, exhibición canina y pasarela de adopción.

Pero todo empezó mucho antes: la presente legislatura dio en Navacerrada la izquierda radical inicio con la creación de un parque canino al que se destinaron 14.000€ y ha continuado con la creación de un Santuario para animales siendo "el primer santuario para animales de la Sierra de Guadarrama", como rezaba el cartel anunciador.

Santuario de animales, oiga. Sólo el nombre contradice la propia diferencia entre el animal y el hombre, que es sapiens y considerado racional desde que tiene conciencia para enterrar a sus muertos y buscar la espiritualidad. "No con mi dinero", dicen ellos, sin importarles un pijo si a los demás nos parece enfermiza su humanización del animal, que es mucho más torturadora y contra natura que la lucha a muerte entre un hombre y un animal -entre otras cosas porque su tortura humanizadora se prolonga en el tiempo hasta la muerte del animal sin que importen los instintos de éste más que los caprichos de los dueños-. Pero lo malo siempre es lo que hacen los demás…

Y ya no les basta con cortarles el pelo al gusto del amo y ponerles jerseycitos de lana. Ahora también les arrogante la capacidad de tener espiritualidad. Mátame, camión. Maldita sociedad la que mira hacia otro lado cuando ve un niño pidiendo para comer. Esos son los valores que propugna el animalismo de asfalto y hormigón que tiende a fijar la atención de las masas en aquello que no le produzca dolor, incomodidad o cargos de conciencia. Y humaniza al animal porque, en el fondo, sabe que limita su responsabilidad y, por ende, su culpa. Así de claro.