El tercero, de muy mermada condición física, se fue para atrás al perder las manos repetidamente tras el tercio de varas. Con el sobrero, del mismo hierro, lució Luis David a la verónica en una faena de gran nivel. Bueno el novillo, cumplió en el peto y tuvo transmisión y calidad. Con la muleta tuvo variedad y supo encauzar una labor siempre asentada sobre las plantas. Tres péndulos y un remate de desdén sirvieron para prologar la profun didad y la personalidad de los muletazos sobre la diestra y en redondo. Culminó con bernadinas muy ajustadas, pero falló con la espada, acertando al tercer intento. Ovación. y pasó a la enfermería por un corte en la mano.
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