El reportaje de la Feria de Julio de Valencia: Roca Rey, David Mora, Perera, Román, Rafaelillo, Luis David…

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Valencia dio por finalizada su Feria de Julio, un serial donde se han dado cita momentos importantísimos desde la desencajonada del pasado miércoles, la novillada picada del domingo, el triunfo incontestable de Roca Rey el viernes, las orejas de Perera y David Mora el sábado y, ya el domingo, el triunfo incontestable de Román. Lo analizaremos, paso a paso, aquí, en LA DIVISA.


Arrancaba el jueves la Feria de Julio de Valencia tras la exitosa desencajonada de la noche del miércoles. En el cartel, un Cristian Climent que destacó en la Feria de Fallas, un Andy Younes que también salió a hombros en ese mismo ciclo y un Luis David Adame con la alternativa por delante en el mes de septiembre. Los novillos llevaban el hierro de Santiago Domecq. Una mala novillada de Santiago Domecq echó por tierra las ilusiones de tres jóvenes que no lograron cumplimentar lo pactado con su destino hoy en la apertura de la Feria de Julio.


La única oreja de la tarde cayó en manos de Luis David Adame. Fue en el quinto, al que Luis David recibió con capote templado a la verónica. Bien le metió las cuerdas a caballo Óscar Bernal, quitando posteriormente en unos brillentísimos lances Luis David Adame por hasta siete lopecinas que levantaron el ánimo de público. Bien anduvieron los hombres de plata, desmonterándose tras el tercio de banderillas. Al público con suprema despaciosidad brindó Adame, que se fue al hilo de tablas a iniciar faena por estatuarios. Destacó el desdén y el de pecho que cerraron ese prólogo muleteril, yéndose al centro del anillo a plantearle labor directamente por el derecho, consiguiendo una buena primera tanda. A sones de "La Concha Flamenca” se la planteó al natural, en la que el novillo se le coló en dos ocasiones. Volvió a la mano derecha el joven, pisándolo el animal en el remate de esa tanda y doliéndose de ello el joven. Prosiguió con el desclasado novillo azuzándolo con pases de las flores, muletazos a pies juntos, derechazos aislados con el fin de conseguir la conexión que no llegó por la falta de calidad y lo desclasado del novillo. Por manoletinas finalizó faena. A espadas, el mexicano dejó un estoconazo matando por derecho. Oreja.


Un día más tarde, Pablo Hermoso de Mendoza en su ya cita tradicional en la Feria de Julio, José María Manzanares tras torear unas horas antes en Mont de Marsan y Andrés Roca Rey tras salir a hombros del mismo escenario el miércoles hacían la tarde del viernes a las siete y media en punto el paseíllo en la plaza de toros de Valencia. Dos toros de Capea para rejones y cuatro de El Pilar para lidia a pie eran la materia prima ganadera para la ocasión. El peruano se fue con tres orejas de una tarde de fe y de demostración de músculo para casi llenar el tendido con Manzanares y Hermoso toreando sin matar


Destacó su labor al cierraplaza. Mansurrón de salida era el sexto, un toro al que se le dio en varas en un arreón y con el que la cuadrilla tuvo que hacer un esfuerzo lidiador en los dos primeros tercios. A sones de Nerva fue limando la condición del toro Roca Rey, consiguiendo por ambas manos suprema conexión. Se le coló en dos ocasiones, pero no le importó al peruano, que se arrimó como un perro por el izquierdo despechándose con gallardía ante el tendido. Cantó la gallina cuando le planteó su verdad por circulares, debiendo sujetar a base de tesón el tranco huidizo del de El Pilar. De espanto fueron los muletazos finales con el toro ya en tablas. Soberbia fue la estocada. A hombros se fue con tres orejas.

Miguel Ángel Perera, David Mora y Alberto López Simón hacían a las siete y media en punto de la tarde el paseíllo el sábado en el coso de la calle de Xátiva para la tercera de la Feria de Julio. En el cartel se anunciaba el hierro de Victoriano del Río. Una corrida de Victoriano del Río con posibilidades permite el toreo templado de Miguel Ángel Perera, grandes momentos de un elegante David Mora y el valor de Alberto López Simón.


"Cantaor” de Victoriano del Río llevaba por nombre el abreplaza, un animal con bella hechura que lucía 533 kilos de peso. Se impuso al viento amenazante en los medios para ponerse también con la izquierda, llevando largo el viaje del animal y rematando cada serie con uno de pecho marca de su concepto. Por ese lado prosiguió, llevando también larguísimo a un animal a menos, que se paraba entre muletazos. Supo aprovechar Perera en el epílogo muleteril el buen tranco del animal, exprimiéndolo por circulares. Espada en mano, el torero de Puebla del Prior dejó una estocada un punto desprendida que fue efectiva. Oreja.


Una pintura era el sardo quinto, un toro con plaza al que dejó media docena de encajadas verónicas David Mora, dos chicuelinas y una airosa revolera de remate. Lo cuidó en el caballo de Israel de Pedro. Al público brindó David Mora, iniciando faena con muchísima torería al hilo de tablas, destacando dos trincherazos y una trincherilla de final de tanda que metieron al público en su labor. Por el derecho en el centro del anillo prosiguió el trasteo, iniciando tanda con molinete e hilando cinco derechazos muy en su concepto. Por el mismo lado también se arrancó de lejos el toro, dejando un cambio de mano con gran estética. De estoconazo reventó al toro, que cayó segundos más tarde. Oreja.


La corrida de Celestino Cuadri, tradicional aunque intermitente en Valencia, acogía este domingo el cierre de la Feria de Julio. Hacían el paseíllo en la cuarta del serial Rafael Rubio "Rafaelillo”, Pascual Javier y Román.Con dos orejas de un faenón al tercero -sobrero de Luis Algarra premiado con la vuelta en el arrastre- se fue el joven, cortando la verdad de Rafaelillo una al cuarto, siendo silenciado Pascual Javier.


Dos orejones se llevó al esportón Román Collado del tercero, un sobrero con el hierro de Luis Algarra que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Crudito lo dejó en varas para arrimarse como un perro con la muleta. Muchísima cabeza imprimió el levantino que, conjugada con su espantoso valor, hicieron que se crujiese por ambas manos frente al animal. Bellos fueron los naturales, largos los derechazos y, cuando el toro se vino un punto a menos, terrorífico su arrimón. Un estoconazo que lo hizo rodar sin puntilla puso en sus manos el doble trofeo y el laurel post mortem para el animal. Grandiosos momentos dejó Rafaelillo frente al cuarto, un toro de Cuadri al que se le dio lo suyo en varas y que, en la muleta del murciano, tuvo poco fuelle. Aprovechó su inercia Rubio para salir a por todas y dejar momentos de bellísimos embroques por ambas manos. Paseó el apéndice del toro.

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