Rafaelillo: “No acepté lo de Pamplona porque tanto mi oreja como la de Javier la pidió toda la plaza”

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO


Rafaelillo se enfrenta a una doble cita crucial en su temporada: mañana hará el paseíllo en Mont de Marsan con la corrida de Cebada Gago y, unas horas más tarde, en Valencia por su Feria de Julio con el encierro de Celestino Cuadri. Se trata, pues, de un fin de semana frenético para el torero murciano, pero será sobre todo su cita de Valencia en la que hará el paseíllo junto a Pascual Javier y Román la que significará un reencuentro soñado tras la faena a “Trastero”, un toro de vuelta de ese mismo hierro, en el coso de la calle de Xátiva hace tres temporadas. Hablamos con Rubio.


A pesar de no cortar la oreja el pasado jueves en la Feria del Toro de Pamplona dejaste tu impronta técnica con este tipo de hierros. A pesar también de la presidencia. Y de esa oreja que debió caer.


La verdad que me encuentro satisfecho después de haber hecho lo que hice el pasado jueves en Pamplona, una plaza nada fácil y que marca la carrera de un torero. Me encuentro en un buen momento por cómo se está desarrollando la temporada. Concedieran o no la oreja, para mí fue un triunfo. Fueron tan sólo circunstancias del palco. Poco más se podía hacer con ese toro, volví a puntuar con ese tipo de corrida de toros y salí muy satisfecho.


¿Cómo se encuentra tu mente y tu cuerpo para afrontar estos dos grandes puertos como Mont de Marsan y Valencia?


Estoy muy ilusionado porque tengo un fin de semana muy importante. Mañana voy a matar la corrida de Cebada Gago en Mont de Marsan, una plaza que para mí siempre ha tenido muchísima categoría. Es una plaza de Francia en la que mejores resultados tengo como torero. Es mi primera corrida de toros en Francia este año, puesto que no pude ir a Vic por la lesión que tuve. Después llegará Valencia con su Feria de Julio, donde en los últimos años se me ha dado muy bien y le tengo un cariño especial a la corrida de Cuadri. Los aficionados recuerdan aquella faena de hace tres años. Estoy responsabilizado, ilusionado, dispuesto a que marque otro punto en mi carrera, con la disposición de seguir creciendo en mi tauromaquia y seguir demostrando lo que llevo corriendo en este tipo de corridas.


Hemos visto tardes importantísimas este año en el que, de nuevo la presidencia, no ha estado a la altura. No hace falta irse lejos de Valencia ese 13-M con la corrida de Adolfo…


En Valencia debió haber caído la segunda. Esa oreja siempre la ha dado el presidente en función de su criterio, de que sea buen aficionado o no. No entendí su manera de jugar a contar pañuelos. Al final las orejas tienen que ser siempre en consonancia con lo que pida el público, que es el que paga. Tiene que contar con el respeto de todos. Aquí se me pidió la segunda, pero acaté la decisión del presidente. Caso contrario fue en Pamplona, donde el público pidió el primer trofeo, y ese premio lo merecía porque era mayoría. Tanto Javier como yo nos la merecíamos. Además la mía fue en el toro de la merienda, algo que es muy difícil llamar la atención porque la gente está con la merienda. El toro no fue nada fácil, fue una faena con muchos registro, y habiendo mayoría no acepté que no se me diera la oreja. Creo que eran dos orejas las que se debieron dar, una a mí y otra a Javier.


El año pasado no entraste en Murcia, este tampoco. Lío de corrales en los despachos de la empresa y, al final, el que lo paga es Rafael Rubio…


Estoy muy apenado. Es mi tierra, es la plaza donde entreno. Qué te voy a decir… el año pasado y este se han dado circunstancias que no eran propicias para torear. Por mi dignidad profesional y personal hemos decidido quedarnos en casa sobre todo porque estoy en el mejor momento de mi carrera profesional, y no se ha reconocido en mi tierra. Hay cosas que no he podido aceptar, por lo que estoy muy afectado por quedarme en casa. Las negociaciones no han sido lo que nos esperábamos, sobre todo porque estando en el mejor momento de mi carrera profesional como torero y teniendo el reconocimiento de aficionados, profesionales y empresas de España y América no me han concedido ese plus que sí me ha dado sobre todo la afición. He preferido optar por la dignidad profesional y quedarme en casa.


¿Habrá algún tipo de gesta por tus veinte años de alternativa?


El sitio y la plaza eran Murcia. El empresario me hizo una propuesta, pero las condiciones no eran las más óptimas. No las vimos oportunas. No sé lo que va a pasar, pero la idea era esa y el motivo de celebración era hacerlo ahí, en mi tierra. Ya se buscará en otra ocasión, lo que está claro es que las cosas hay que hacerlas con un por qué bien claro y en un sitio con fundamento.


Un grupo de toreros y ganaderos estáis promoviendo el festival por Adrián, un niño aficionado con cáncer con el que os estáis volcando en las redes sociales sobre todo.


Yo he hecho lo que he podido. He hecho llamadas importantes para que la gente que tenga que mover ese festival tome el camino que tenga que tomar. Lucharemos por el sueño de Adrián, que se lo merece. No está pidiendo en ningún momento protagonismo, sino que está pensando en los niños que están como él. Ojalá y nunca ninguno de nosotros nos veamos en esa situación. Le he transmitido mi cariño personal, he hecho unas llamadas para que se empezaran a mover hilos. No soy promotor, sólo colaboro, y si no le hago falta como torero colaboraré como aficionado. A partir de ahí, creo que al que le corresponde tomar el timón es al maestro Ponce, porque es el torero más importante que ha dado Valencia, es figura del toreo y seguro que si se dan las circunstancias con la Diputación, pondrá de su parte y hará una cosa bonita. 

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