José Antonio Carretero: ​" La clave como banderillero fue no haber dejado de torear como matador y haber seguido, de banderillero, con las principales figuras como Dámaso González, Capea..."

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" La clave como banderillero fue no haber dejado de torear como matador y haber seguido, de banderillero, con las principales figuras como Dámaso González, Capea..."


" Si no hubieran existido las corridas de toros televisadas y la Escuela Nacional de Tauromaquia, no hubiera sido torero en la vida"




Entrevista por Pedro Javier Cáceres...


Entre los sucesos más emotivos que han ocurrido en esta Feria de San Miguel ha sido la despedida del toreo y el corte de coleta, muy emotivo de José Antonio Carretero. La ovación fue unánime. El público entregado. Porque qué duda cabe que durante todos estos años José Antonio Carretero ha sido santo y seña de los de los subalternos. Se puede decir que es una figura de los toreros de plata o azabache, toreros, en definitiva, una figura del toreo.


Misión cumplida.


Afortunadamente hemos podido llegar bien al final de una etapa de mi vida, de mi carrera y contento.


Echando la vista atrás, fuiste uno de los novilleros punteros en su época.


Sí, llegué a encabezar el escalafón de los novilleros con casi 60 novilladas picadas en el 1985, 58 concretamente. Y la primera Oreja de Oro me la dieron a mí, a un novillero. Ha llovido mucho.


De aquella base surge la carrera de subalterno y de por medio una carrera como matador de toros de 9 años.


Sí, del 86 hasta el 95. Y sobre esa base vamos toreando bastantes corridas de toros y actuando en plazas importantes y en América. Y sobre esa base se construyeron los mimbres para ser banderillero e intentar ponerlo en práctica.


¿Se produce el sentido del deber en seguir con la fiesta o hay un rictus de decepción por no haber llegado a más como matador de toros?


Como matador, superó lo que soñaba. Toreé con las principales figuras, volaba con ellos a América…Viví más de lo soñado sin ser figura del toreo. Luego, llegué hasta donde llegué, y vi lo sacrificado que era todo, tanto el triunfo como el fracaso, aunque no lo llamo fracaso porque uno no puede seguir debido a tus condiciones, y no estaba competir con las figuras. Y seguí en la profesión y pensando en conseguir cotas altas y ganar dinero, que al final y acabo uno no vive de afición.


Te creas un ambiente dentro del mundo taurino y empiezas a coger nombre y respeto, llegando hasta la tarde del viernes.


Una cosa importante para hacerme banderillero fue que me quité toreando 10 corridas de toros, es decir, no hubo una pausa de dejar de torear. Fue seguido y con la fortuna de torear con las principales figuras que yo había compartido cartel como Dámaso, Capea, Ortega Cano…Se me hizo fácil y me lo hicieron fácil. Y tuve la suerte de seguir toreando y ahí está tarde de Joselito en la Goyesca. Fue más sencillo de lo que pensaba.


No había duda de sus cualidades como matador y se veía que ibas a ser un buen banderillero. Lo que más destacaría fue la eficacia del capote y estar siempre colocado. Y aceptaste a otro rol sin problemas.


Eso es clave. Teniendo el bagaje que tenía como matador de toros me vino bien. Entendí y me adapté bien y tenia las ideas claras.


Como una impresión personal, has bebido de las fuentes de Bojilla, Corbelle, el Tito de San Bernardo…esos grandiosos subalternos ni siquiera tomaron la alternativa.


Excepto a Bojilla, a los demás lo veía de chaval. A Corbelle le vi mucho, al Tito también le vi. Pero, luego tampoco me fijaba en ellos. Siempre, los toreros con los que iba y mayores me decían de lidiar, tanto como seas matador o banderillero para colocar al toro. El lidiar y las formas del capotazo depende de cómo uno lo quiera interpretar. Por eso, soy igual de admirador de Corbelle, Recio, y cada uno tenemos una forma. Torero bueno es que está en la plaza y cuando hay problemas que no se acentúen y todo sea con tranquilidad y despacio.


Ya anunciaste que te retirabas. Y el otro día en Sevilla se te vio muy feliz al cerrar una etapa.


Sí, muy feliz y contento. Y orgulloso por llegar a ser torero. Porque la gente dice a la ligera que soy torero, pero ser torero es mucho más que ponerse el vestido de torear. Ser torero es sentirlo, vivirlo y tener vocación. Empecé por curiosidad, me entró la afición y luego tuve vocación con el tiempo. Lo tienes que sentir y llegado a ser torero. Y lo que me queda por aprender y conseguir muchas cosas que te fijas en la plaza.


Te hablo de memoria, eres de la etapa de la Escuela de Madrid, cuando la época de Gregorio Sánchez.


Sí. Mira, y lo he comentado, es importantísimo la televisión y en mi época fue clave. Si no hubieran existido las corridas televisadas, y sólo existía la 1 y la 2, y la 2 se veía a rallas y como era el pequeño me obligaban a cambiar el canal porque no había mando…Me acuerdo de que las veía en casa de la vecina y luego salía a una tienda de electrodomésticos donde estaban las televisiones en filas para ver los toros en color. Porque en casa no había televisión porque éramos una familia humilde y trabajadora. Si no hubiese existido la televisión, no hubiera sido torero. Y raíz de ahí sale en programa la Escuela de Madrid y mi padre me apunta. Y también, si no es por la Escuela, no hubiera sido torero. Me hubiera quedado en Madridejos trabajando de lo que fuera.


Te vas, pero te quedas, apoderas a Fortes con José Luis de los Reyes.


Sí, desde hace un par de años. Y no sabia si iba torear más por el tema de la espalda, pero la vida me ha regalado 3 años más después de la operación. Pues, ahí estamos con Fortes. Es una cosa de amistad, de apoderamiento puro y duro. Esperemos que haya suerte, pero la suerte que ha tenido de tirar hacia adelante la debe de tener en una temporada y que depende de él su carrera. Soy muy joven y todavía me queda mucha vida en el toro. Me quedan muchas cosas.


Es decir, en Zaragoza te vamos a ver con el traje y la corbata en el callejón, ejerciendo de apoderado total y absoluto.


No sé si en traje, pero ahí estaremos en el callejón. Estaremos sufriendo con esas corridas de toros porque yo las viví en mis carnes, cuando era matador. Estar en Zaragoza es crucial para triunfar y más en el mundo actual. El mundo del toro ha cambiado mucho porque los triunfos no valían lo que antes.


Para finalizar, ¿la niña te preguntó qué es lo de coger las tijeras y cortarte el pelo?


No, es curioso. No iba a haber una despedida así. Tenía pensado hacer algo en la habitación con mi mujer, mi niña, Fortes, mi sobrina… Es decir, entre familia. Ni lo sabía porque no me gustan esas cosas ¡, porque me sobrepasan. Además, Rufo y unos amigos de Talavera me dieron una cerámica muy bonita. Y avisaron al presidente para que bajara la niña y me cortara el pelo. Y no sabia nada.  Cuando vi a la niña y me dieron la cerámica, se acercó Morante de la Puebla y le dice a la niña que si le cortamos la coletilla a papá… Y al decir eso, Morante coge las tijeras y me corta la coleta mi hija y ya no podía hacer nada. No estaba ni pensado, si José Antonio no dice nada, no pasa eso. Pero, afortunadamente, me alegro de que haya pasado eso porque esa imagen con mi niña la recordaré toda la vida.


Gracias por dar lo que has dado al toreo y lo que te queda por dar.

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