​Sendas orejas para Ginés Marín y Pablo Aguado en Sevilla

Finalizaba la Feria de San Miguel con una terna muy apetecible e interesante. Más aún, tomó mayor cuerpo tras la faena de Morante. Y la taquilla funcionó. En los corrales, una corrida de Juan Pedro, deslucidos en líneas generales menos el encastado 2º y el noble 3º.

Abrió plaza un animal serio, cornalón y que salió con pies. Y ahí se dejó toda su movilidad, en los primeros compases de la lidia. Llegó parado y sin pasar por la muleta del sevillano. La faena no duró ni un minuto. El mismo patrón siguió el cuarto de la tarde. Lo más álgido de toda la tarde llegó en un inicio garboso rodilla en tierra y la buena lidia sobre las piernas y una verónica portentosa llevando el toro al caballo.

El mejor toro de la corrida se le llevó Ginés Marín. Un tanto altito el toro y despegado de manos. Parecía que el animal iba a estar muy justo de fuerzas, pero se vino arriba en la muleta de Ginés. El extremeño le dio sitio, surgiendo series de bella factura a diestras, sin obligar al animal. De mitad de faena, enjaretó la tanda más poderosa y reunida de todas, a diestras, rematada con un excelente cambio de mano. A partir de ahí, subió de diapasón el trasteo. A zurdas, de uno en uno, los recetó con encaje. El cierre, rodilla en tierra, fue torerísimo. Media estocada. Oreja. Con el quinto no se le vio muy cómodo ante un animal deslucido y descompuesto, rebañando al final de muletazo. Por momentos, y al principio, hubo alguna serie que llevó al animal. Se atascó con el acero.

Cerraba la terna Pablo Aguado, y hoy vimos una imagen muy mejorada comparada con la de principio de temporada. Esa imagen la vimos con su primero, que tuvo nobleza, pero le faltó un poco de chispa al animal, al igual que el trasteo. Lo más granado del trasteo llegó a última a hora, a pies juntos, por naturales y de uno en uno. Sensacionales los naturales. Anteriormente, el trasteo fue bueno, acompañando más que llevando al animal, pero sin redondear, aunque hubo destellos de toreo caro. Oreja.El sexto fue animal deslucido y con cierto peligro con el que Aguado hizo el esfuerzo.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Tercera de la Feria de San Miguel. Corrida de toros. Casi lleno. Toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación y juego. Destacó por encima de todos el encastado 2º y el noble 3º.

Morante de la Puebla, silencio y silencio.

Ginés Marín, oreja y silencio.

Pablo Aguado, oreja y silencio.