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Galdós en su encerrona

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JOAQUÍN GALDÓS SE JUSTIFICO ANTE UN ENCIERRO QUE NO LE DIO MUCHAS OPCIONES




Joaquín Galdós asumió con disposición, actitud, responsabilidad y personalidad el difícil reto de estoquear como único espada seis novillos de Santa Rosa de Lima que no contribuyeron para el éxito de la gesta. Lo que desencadeno la frustración y el descontento de un sector de la plaza que esperaba más de la hazaña que por primera vez encaraba un novillero en la plaza de Acho. Esto debido al balance conseguido del corte de dos orejas, una en el cuarto, tras estocada desprendida, y la otra en el sexto que fue protestada, que el torero no paseo, ni tampoco se dejó aupar para salir por la puerta grande, aunque por reglamento le correspondía, en un gesto de profesionalidad y vergüenza torera que fue reconocido por los aficionados que le tributaron una ovación de despedida.


A media plaza y con las cuadrillas detenidas se guardó un minuto de silencio en memoria del Padre Alfredo Castañeda, antiguo Capellán de la Plaza de Acho. Una vez finalizado el paseíllo Joaquín Galdós agradeció desde los tercios una fuerte ovación de bienvenida.


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