Fernando Robleño: "El maestro Ostos quería que los toreros triunfáramos todos los días, y para ello había que matar los toros"

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Fernando Robleño: "El maestro Ostos quería que los toreros triunfáramos todos los días, y para ello había que matar los toros"


"Tras mi tirunfo de Madrid, abortado por la espada, me echó una reprimenda importante. Cuando le dije lo que pesaba el toro y que me sacaba dos cabezas, se rió y me dio un abrazo. Siempre agradecido"


" Su obsesión era la suerte de matar. Había que llenarse entera la mano de babas"



" Sueño con cuajar un toro a mi manera en una plaza importante"




LA ENTREVISTA 


Como hemos visto en el editorial la anécdota de Ostos con Fernando Robleño, hablamos el diestro de primera mano para que nos recuerde cómo fue ese momento. Además, hablaremos de la temporada 2021.


¿Te acuerdas de cómo te recibió el maestro, la bronca que te echó y luego el abrazo que te dio?


Sí, lo recuerdo. Llevaba un disgusto tremendo, te puedes imaginar… Una tarde con ese sabor agridulce y encima tienes el triunfo en la mano y se te escapa. Lógicamente a él le dolió también. Y como figura del toreo que era, pues me echó su bronca correspondiente. Y luego, al final, nos dimos un gran abrazo.


¿Cómo recuerdas el hecho? Él intentaba explicarte lo de la cruz y la famosa frase de que se te llene la mano izquierda de babas.


Como bien dices, toda su obsesión ha sido la suerte de matar. Era llenarse la mano llena de babas y hacer la cruz. Pues el hombre me lo me lo dijo y yo estaba muy disgustado porque habían pasado muy poquitas horas y recuerdo que esa noche apenas dormí.

 Un sabor agridulce. Con toda mi cara de disgusto, de tristeza y de cabreo, pues le dije: maestro, cómo iba a hacer la cruz si pesaba el toro 740 kilos y me sacaba dos cabezas. Él me hizo un gesto con la cabeza diciéndome que razón tienes, hijo mío. Y me pegó un abrazo con todo su cariño. Y, bueno, vio que yo estaba muy disgustado y que también es verdad que existe una teoría, pero hay veces que, las cosas y la naturaleza son de otra manera distinta a la que a la que creemos.


A partir de ahí la enseñanza te sirvió para algo, aunque el toro te sacara dos cabezas.


Bueno, fíjate, la suerte de matar ha sido ha sido mi gran asignatura como matador de toros.  Pero bueno, sí que es cierto que, a lo largo del tiempo, le he dedicado muchísimo tiempo, muchas horas de entrenamiento, de carretón, de vídeos y de pensar. Yo me enfrenté a un problema grande: yo soy zurdo. Todo me costaba, prácticamente, el doble que a una persona normal.

 A lo largo del tiempo- aquello fue en el año 2003- sí he matado toros muy bien y haciendo la suerte de matar bien. Tengo varios trofeos de la mejor estocada en Madrid, de tres San Isidro. Pues me da alegría. Sigo marrando, pero los sigo matando matando bien y haciendo la suerte bien.


Los zurdos estamos llamados a ser genios.


¿Tú también lo eres?


Sí, sí. Además, yo jugaba al fútbol y la derecha la tenía para apoyarme. Lo que ocurre que no somos completos.


Claro, efectivamente. Efectivamente, a mí me costó mucho. Al igual que con la mano derecha. Pues yo siento que me cuesta mucho más trabajo. Por eso le dedico más tiempo también. Lo veo con mucha más facilidad con la izquierda. Pero bueno, esto son cosas que personales.


Has echado una temporada 2021 extraordinaria y la del 2019 con un tono alto.


Sí, como bien dices. El 2019, la última temporada normal, fue un año importante. Y bueno, pues luego vino la pandemia y nos paralizó a todos. Y bien es cierto que esta temporada pasada me he llevado una grata sorpresa porque no pensé que pudiera torear lo que he toreado- me parece que fueron ocho corridas de toros y cuatro festivales-. Es lo más positivo y lo más importante que ese concepto de torero, aunque en muchas tares no me lo dejen desarrollar, es con el sueño, es el que me ilusiona y por eso sigo aquí. Hay muchas tardes que no lo puedo desarrollar, pero al final tengo la ilusión de cuajar un toro de verdad y torearlo a mi forma en una plaza importante. Es difícil y a lo mejor nunca llega, pero eso es lo que me mantiene vivo, lo que me mantiene ilusionado después de 22 temporadas.


Pues a cumplir los 25.



Venga, vamos a ver.


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