Jorge Martínez y Manuel Perera dan una gran tarde, cicateada por la presidencia. Diego San Román vuelve a dar la cara

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JORE MARTINEZ. MANUEL PERERA.PATIODECUADRILLAS.ES




ALEJANDRO. FOTO

Jorge Martínez y Manuel Perera dan una gran tarde, cicateada por la presidencia. Diego San Román vuelve a dar la cara


POR ALEJANDRO M. CARABIAS


Los tres novilleros que actuaron en Villaseca ya habían sido triunfadores por no haberse negado a torear, tras la amenaza lanzada de “El Fundi” diciendo que todo quien actuara en Villaseca no iba a participar en los circuitos de la FTL. Pero vayamos a lo que sucedió en el ruedo.


Se presentaba en Villaseca un chaval que se llama Jorge y se apellida Martínez. Apuntarse su nombre porque tiene unas cualidades excelsas. El murciano estuvo soberbio en el quinto. Le recibió con unos lances muy suaves, con las manos muy bajas al buen quinto, que tuvo muy fondo el animal. Jorge Martínez pulió su feo derrote al final del muletazo. Una vez conseguido, le enjaretó unos naturales excelsos, roto de cintura y suelto de muñecas. Extraordinario. También, hubo una serie a diestras excelsa, de categoría. Se tiró a matar o morir y dejó una estocada arriba. El presidente no premió la superlativa faena con dos orejas. Concedió una. Faena de cante grande.

En su primer novillo, mostró sus finas maneras. Una pena que se rajara desde el principio.


Diego San Román es un torero que tiene muchísimo valor. Se queda más quieto que una vela. Esto lo demostró ante el primer novillo, que tuvo más genio que bravura. El mexicano se pasó al novillo por las espinillas en toda su faena de muleta. Casi se le echa a los lomos el de Jandilla. San Román se acopló mejor por el derecho que por izquierdo. Cerró por manoletinas. Mete y saca y una media para acabar con el rajado primero. En su segundo turno, no se quedó atrás de sus compañeros. Estuvo con el cuchillo entre los dientes para arrancar el apéndice. Tras un desarme, la faena no cogió vuelo debido a la condición del novillo, que echó la persiana muy pronto. El mexicano fue prendido sin consecuencias al pegar una serie de bernardinas.


Si San Román tiene un valor a prueba de bombas, Perera lo tiene también. Qué manera de arrear en toda la tarde. Lo que se pide a un novillero. Y, hoy, le vimos un punto más asentado que otras tardes. El extremeño cuajó de principio a fin al colorado tercero-el mejor del encierro-. A derechas, Perera recetó una serie excelsa, de un poderío superlativo, enganchando al novillo adelante y soltándolo atrás. Magnífico. Dejó media estocada en todo lo alto. El burel cayó sin puntilla. Incomprensiblemente, el presidente no le concedió la segunda oreja. Hay que tener sensibilidad, y más con los novilleros.


Perera cerró la novillada con otro novillo con posibilidades. Perera entendió- al principio de faena, sobre todo- al novillo, que no era la tonta del bote. Manuel fue todo querer. Por momentos, pulseó las embestidas del sexto novillo, que no era fácil porque había que llevarlo muy cosido y tapado para que no se descompusiera. Por poner un “pero”, se pasó de faena.


Plaza de Toros de Villaseca de la Sagra. Casi lleno dentro del aforo permitido. Novillos de Jandilla, bien presentados y de juego desigual. Destacaron la calidad del tercero y quinto. Con fondo el sexto.

Diego San Román, silencio y ovación

Jorge Martínez, vuelta y oreja.

Manuel Perera, oreja con dos vueltas al ruedo y silencio



Antes de que salieran los toreros al ruedo para hacer el paseíllo, se ha guardado un minuto de silencio en recuerdo del Maestro Pedro Martínez “Pedrés”, fallecido en el día de hoy. Al finalizar el paseíllo, como ocurre en la gran mayoría de las tardes, ha sonado el Himno de España. El público ha roto en una cerrada ovación a la terna de novilleros antes de que pisara la arena el primer utrero de la tarde, obligándolos a saludar. 


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