¡Comenzó San Isidro!

¡Comenzó San Isidro!

¡Pin!... negro de luto, a modo de homenaje en las divisas de los toros de Valdefresno para recordar a Nicolás Fraile. Desgraciadamente la corrida, astifina, no fue lo que el ganadero persiguió durante toda su vida dedicada al toro bravo y que tantas veces permitió hacer el toreo, por ejemplo, en Las Ventas.

¡Pan!... sin sal, bajo en calorías, a la primera del San Isidro más largo de la historia. A Daniel Luque por sobreponerse al percance, y al frente antiluquista que intenta reventarle cada actuación, y aprovechar al toro con mayor movilidad de la corrida. Compartido con su banderillero Abraham Neiro que saludó tras banderillear al 5º y librarse de un cornalón por los hilos de la taleguilla. También ¡pan!, el de la necesidad, que hizo a Diego Silveti dejarse arrollar por el sexto con inconsciente valor cuando pretendía las manoletinas. Otros dos revolcones precedieron a este. Pese a ello se repuso y volvió a la cara del toro, con el público pitando para exonerarle de tal ejecución y Silveti haciendo oídos sordos. En torero. ¡Pan! De migas para David Mora que llegó con el impulso de la oreja de Sevilla y lo aprovechó para torear a la verónica y por chicuelinas al que abrió feria. No tuvo más oportunidades.

¡Pum!... A la moda del vaquero. Un pitonazo dejó a Luque con las vergüenzas al aire. Se fue a las tablas en busca de algo con que taparse y encontró unos pantalones vaqueros. Se los puso, embutido, sin abrochar... para continuar con la lidia.

¡Fuego!... a discreción a quienes ya desde la primera del abono están con su escopeta cargada y niegan el beneficio de la duda a los toreros anunciados. Esta tarde le tocó a Luque. ¿Hasta cuándo?