Juan del Álamo pone caro San Isidro

Juan del Álamo pone caro San Isidro

¡Pin!, de oro en la solapa, para Juan del Álamo por una tarde en que dio un paso más. El objetivo fue, desde el recibo a la verónica con el devuelto 3º, la Puerta Grande. O bien por lo civil: toreando con clase y firmeza al sobrero de Vellosino al que había que hacerle las cosas bien o nones. Cuatro tandas por el derecho, con empaque, de trazo profundo y mando fueron el detonante. La cabeza despejada para hablar con el corazón. Se fue tras la espada y llegó una oreja de mucho peso por faena de poso. O bien por lo criminal: con el orientado 6º de Martín-Lorca. Le volteó de forma aparatosa y se volvió a poner delante, le desarmó con mal estilo y del Álamo se metió entre los pitones sin levantar las zapatillas del ruedo. Tampoco se imutó con las ceñidas manoletinas que entreabieron la Puerta Grande y que cerró la espada.

¡Pan! Compartido a las cuadrillas. Destacó Fernando Téllez con los palos y Óscar Bernal protagonizó un gran tercio de varas picando al 6º que galopo con brío hasta la cabalgadura. Un espectáculo que levantó la ovación de público resignado habitualmente presenciar dos tediosos tercios cada tarde. Y toro de encaste comercial...

¡Pum! A medias y sin maldad pues sus lotes no fueron propicios al triunfo. A Ángel Teruel, por momentos más pendiente de las indicaciones del progenitor desde la barrera, que mostró su clasicismo con el noble primero, a menos, y atacó al cuarto pasada la mitad de la faena haciendo difícil que el público se involucrara. A Miguel Tendero, que sustituía a David Galván, tras cortar una oreja el domingo de preferia, puso voluntad contra un lote bajo de raza. Al menos no devolvió el trofeo.

¡Fuego! El de Lorenzo de toda la vida. El sol que acompañó la corrida en los tendidos bajo su cobijo dificulta la emoción por aquello de no deshidratarse. Y si el tiempo no lo impide... que dicen los carteles algún día, con esto del cambio climático, incorporará las altas temperaturas para velar por la integridad de los menos pudientes. Eso, o climatizador bajo la cubierta. Pero algo.

Foto: Lasventas.com