Grises escolares

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Grises escolares

Tercera corrida del abono de San Isidro con la expectación que siempre ofrecen los otros de José Escolar. Una corrida gris, desdibujada en casi todos sus actos que no respondió a las expectativas de público y toreros. Por supuesto tampoco a las del ganadero.

¡Pin! A la terna que se encontró con algo que no esperaba. No salieron los toros de José Escolar con las complicaciones que engrandecen a este hierro entre sus partidarios. Fernando Robleño apuntó en el que abrió plaza, serio por delante, con muletazos destacables por ambos pitones en una faena que terminó por desdibujarse. El sino de la corrida comenzó en el primero.


¡Pan! Para sobrevivir era el que venían buscando Pérez Mota y Miguel Ángel Delgado. Ambos tenían la papeleta de lidiar la de Escolar en San Isidro. Toreros para otras lides que hacen de la necesidad virtud, de la faena oportunidad... Al final pan sin sal en frente. Lo perfecto para una dieta. El problema es el ayuno.


¡Pum! Al presidente por no conceder el cambio de tercio al 3º ante la petición de Delgado. El presi quiso una tercera vara a un toro que cumplió sin más en las primeras. ¿No vio alguna? ¿Le gustó la pelea en el caballo y dijo otra más pa que disfruten los afisionaos? Sería lo segundo. Contar, hasta 33, por ciento, sabe.


¡Fuego! Porque hay que darlo. Para los toros de José Escolar. Ojo, nadie habla de quemar la vacada. Ni mucho menos. Solo ha sido una corrida mala de una gran ganadería. Nada más, nada menos. No pasa nada. A la ganadería, claro. A Delgado y Mota, que venían para otra cosa, les condena injustamente a otro año de ostracismo.


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