Valdefresno, deslucido encierro ante una terna con el crédito intacto

TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO

David Galván, Juan Ortega y Joaquín Galdós trenzaban, en la tarde de este jueves 16 de mayo, el paseíllo en la plaza de toros de Las Ventas dentro de la tercera de la Feria de San Isidro. Los toros de Valdefresno y dos de Fraile Mazas eran la materia prima ganadera para el festejo.

“Campero”, de 601 kilos, era el primero de la tarde, primero también del lote de David Galván, muy suelto de salida y haciendo gestos típico de su encaste. Pareció tener un defecto en la mano derecha durante los dos primeros tercios de la lidia, pero la presidencia decidió no cambiar al animal, al que rápido banderillearon las cuadrillas. Con torería se lo sacó a los medios David Galván andándole hacia la boca de riego. Sostuvo Galván la condición del animal para imponer su concepto pleno de verdad al astado salmantino, a pesar del fortísimo viento reinante en la plaza. A pesar de esa circunstancia climatológica y de la inercia desclasada del astado, la personalidad del gaditano caló en Madrid. Se rajó finalmente el toro, pero supo el matador seguirle el hilo para encelarlo por abajo con su muleta en la mano izquierda. En las manoletinas finales, el toro hizo por él por la zona de la axila, de la que se dolió el torero antes de entrar a matar. Pinchó en el primer encuentro, dejando a la segunda una estocada entera que fue efectiva. Ovación tras aviso. Imposible fue el segundo de su lote, con el que se vivió un momento dramático en el que el toro hizo por el gaditano, pero éste anduvo hábil y se hizo el quite él mismo. Mucha firmeza mostró muleta en mano con un toro inválido.

Muy en el encaste Atanasio-Lisardo en los primeros tercios también fue el segundo del festejo, un toro al que lidió Jorge Fuentes y al que pareó con brillantez el malagueño Juan José Trujillo. Auguró buen comportamiento en esa lidia el animal, pero cuando Ortega tomó la muleta se diluyó esa condición. Hizo en la primera serie el toreo despacioso el sevillano a diestras, pero el animal no podía con lo que llevaba consigo, por lo que tiró de pundonor el joven ante un astado desfondado totalmente a pesar de que parecía tener buen inicio diez minutos antes. No valió. Se perfiló muy cerca y mató de una estocada entera que requirió de descabello, con el que no acertó, echándose el toro. Muy torero estuvo en el macheteo al quinto del festejo, un toro deslucidísimo con el que no tuvo opción alguna.

“Carasucio” llevaba por nombre el tercero, primero del lote de Joaquín Galdós, animal negro de Fraile Mazas con un peso de 563 kilos con que el peruano ya intentó lucirse capote en mano. Al quite entró Galván por chicuelinas, pasándose a milímetros de la taleguilla al animal, al que citó desde el centro del anillo. Bien Antonio Chacón en el tercio de banderillas, también clavando correcto Ismael González ante la lidia de Gómez Escorial. Por la mano derecha fueron las dos primeras series de Galdós, conectando con el tendido por la despaciosidad con las que ejecutó las series. Tenía el animal el defecto de venirse muy por dentro y, además, el viento molestaba muchísimo en el centro del anillo, por lo que el matador se lo llevó entre las rayas y ahí ejecutó la faena a partir de la tercera tanda. Firmeza y disposición mostró frente a un sexto con el que tampoco tuvo opciones para el triunfo, pero con el que derrochó entrega a raudales. No pudo ser.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Tercera de la feria de San Isidro. Corrida de toros. 11.226 personas.

Cuatro toros de Valdefresno y dos de Fraile Mazas. Noble y obediente sin raza ni fondo el zambombo primero. De humillada clase y nulo fondo de raza el hermoso segundo. Emotivo en la arrancada pero desordenado en el comportamiento el informal tercero. Aplomado y anodino el cuarto, siempre a menos. Manso y a la defensiva el deslucido quinto. De acusada movilidad pero a la defensiva el sexto.

David Galván, ovación tras aviso y silencio tras aviso.

Juan Ortega, silencio y silencio tras aviso.

Joaquín Galdós, ovación y silencio.