Emilio de Justo cae de pie en Sevilla en tarde de compromiso y torería de Ferrera (oreja) y Escribano con una corrida de toros-toros

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Emilio de Justo, con lote complicado, lució dulce capote "sevillano" y la izquierda muleteril más lenta y despaciosa de todo lo que va de abono, lástima la espada en su primero.

Corrida importante por variada de Victorino. Difícil para los toreros pero emocionante para el público.

Ferrrera, en su línea, cda vez más cuajado y maduro ¡TORERO! por los cuatro costados.

Escribano pechó con un 5º más de público ue de torero, pero su compromiso con el vestido de torear quedó inmaculado.

EL APUNTE DE PEDRO J. CÁCERES


LA CRÓNICA

EMILIO TRIGO


Antonio Ferrera, Manuel Escribano y Emilio de Justo componían el cartel de la tarde de este sábado de preferia en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla con los toros de Victorino también como protagonistas.

Ferrera impone su ley ante un complejo abreplaza


‘Paquetillo’ abrió el festejo. El Victorino -marca de la casa- fue un toro muy bien hecho y musculado que remató abajo en los estribos de los burladeros. A su primero lo recibió Ferrera con una lidia sobre los pies -a la antigua usanza- templado y saliendo para afuera con torería. Tuvo empaque el recibo con la tela rosa. Igual el quite por chicuelinas al salir el toro de dos buenos puyazos. El abreplaza se empleó con fijeza en el peto y se arrancó de largo con fijeza. Bien Antonio Prieto con la vara. Un Victorino que manifestó no querer las cosas por arriba y en su contrario agradecía que fuera por abajo. Protestaba revolviéndose con un viaje corto pero a veces humillaba como el que más. Más potable el pitón derecho y revolviéndose sobre las manos por el izquierdo. Ferrera le soltó varios derechazos templados y acompasados donde lo llevó muy metido en el paño. A izquierdas, tragó tela y se la jugó con valor sereno. Antonio construyó una faena de gran estudio y poder ante un Victorino muy complejo y nada fácil al que le tragó tela y le impuso más. Pinchazo, entera y ovación con saludos.


Escribano se libra de milagro ante uno imposible

A ‘Corretón’ lo recibió Escribano a portagayola. El cárdeno salió enterándose de donde estaba y cuando vio a Manolo de rodillas se fue dubitativo a por su capote. En el encuentro se frenó con guasa, aguantó el rubio diestro sin levantarse para endilgarle una larga cambiada. Tragó paquete Escribano en un trance complicado por la dificultad del recibimiento. En pie, verónicas con gusto en un saludo con ritmo. Se picó poco y se cuidó mucho en sus dos entradas. Un auténtico trámite. El sevillano ahormó un gran tercio de banderillas dominador y poderoso en todos los terrenos. Brindis a Curro Romero para a posterior empezar a someter y tratar de embeber una acometida sin gobierno. El Victorino iba con todo, muy suelto de brújula y su viaje era una ruleta de la suerte. Hubo sinceridad de embroques y mucha guasa en el segundo que estuvo siempre detrás de la mata. En un pasaje muleteril echó mano al matador de Gerena que salió feamente volteado y apunto de ser herido gravemente. A partir de ahí, el toro se a la defensiva y no quería coles. Dijo nones a la muleta y buscó al diestro de forma descarada. Manuel lo intento pero tuvo que desistir. Imposible donde los haya por un comportamiento orientado. Ovación con saludos.


Importante actuación De Justo ante uno de cara o cruz


‘Bochinchero’ no ayudó al saludo capotero de Emilio de Justo. Un toro sin estridencias en su conformación -astifino como el más- al que sacó con criterio para afuera. Cumplió en varas el tercero. De Justo brindó a la Infanta Dña. Elena una faena de cara y cruz. Cualquiera podía haber ganado la faena pero lo cierto y verdad es que toda la Maestranza se metió de lleno en el quehacer del extremeño. Emilio dibujó pasajes de una pausada lentitud. Exquisita lentitud en una muleta despojada de cualquier técnica, donde el trazo fue largo y muy sentido a izquierdas. Interpretó naturales muy profundos. A derechas más altibajos pero también con momentos de repostería alta. Cosió al difícil y discontinuo Victorino a su muleta que viajó al son del pasoble y con diez mil gargantas jaleando el buen toreo. Justo demostró mucho valor y mucha personalidad ante un tercero de cara o cruz. Actuación de torero importante con uno pidió el carnet. Los pinchazos le quitaron claramente la oreja.


Oreja a la personalidad de Ferrera ante uno encastado

‘Petrolero’, cuarto, arrancó las palmas del público al saltar al ruedo. Durante los primeros tercios pasó poco para recordar aunque la suerte de varas fue relevante. Empujó de verdad en el peto. Ferrera brindó a S.A.R. y pronto comenzó a torear con gusto a un Victorino que la tomó de verdad. Este si quiso empujar para adelante -bravo- con una embestida franca y transmisora a la pañosa. Antonio Ferrera hilvanó una obra con vaivenes, con altibajos en la estructura pero en definitiva con toreo añejo y puro. Tal vez faltó continuidad pero cierto es que el cuarto marcó un comportamiento de mitad de faena en adelante más intermitente. Ferrera sacó el natural de riñones metidos y acompasados y el derechazo ligado y templado. En conjunto una obra muy bien definida e interpretada ante uno temperamental. Oreja.

División para Escribano ante el quinto


‘Moreliano’ quinto. Otra vez Escribano a portagayola pero esta vez no con tantos apuros. Hubo limpieza y transmisión en el saludo a la verónica una vez izado en pie. Verónicas bien trazadas ante un obús por toro. Otro que empujó en el caballo. Escribano esta vez desajustó en banderillas a pesar de la variedad. Más vistosidad que lucimiento. También brindó a la Infanta. El sevillano planteó una labor en medias distancias por ambos pitones por donde logró algún momento aislado dentro de una faena sin coger vuelo. Un sincero Escribano no escatimó nada ante un manejable y soportó la exigencia de Sevilla que le pidió más. División. 


'Minueto' fue el cierraplaza. Un toro con presencia que fue aplaudido por su buen trapío. Emilio lanceo con cadencia a la verónica y cerró el saludo con dos primorosas medias. Empujó en varas con criterio. El extremeño tiene en su mano izquierda una guvia donde talla naturales de exquisita belleza. Y es que así lo demostró -otra vez- ante un antagonista que embistió a saltitos -con las manos- y al que hizo el extremeño a base de paciencia. Poco a poco tras desengañarlo lo metió en su sincera muleta. De Justo acortó distancias y proyectó seguridad y muy buen trazo al natural, a derechas ligó lo que el burel le dejó o le permitió. Sea como fuere vimos un torero con poso y muy buenas formas al que nunca le pesó su debut en la Feria de Abril. Otra vez, y van dos, actuación importante que fue reconocida con una gran ovación tras estocada.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Sexta de abono. Corrida de toros.

Toros de Victorino Martín.

Antonio Ferrera, ovación y oreja

Manuel Escribano, ovación y división.

Emilio de Justo, ovación en ambos.

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