El buen momento de Chacón, la madurez torera de Robleño y el desencuentro de Moral con la ¿afición? y el único buen toro de Victorino.

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El buen momento de Chacón, la madurez torera de Robleño y el desencuentro de Moral con la ¿afición? y el único buen toro de Victorino.


No satisfizo encierro tan esperado. Muchos pitos en el arrastre por una ovación al buen 5º. Robleño y Chacón saludaron una ovación cada uno. Casi ¾ de plaza, la mayoría atrincherada en el sol ¡el precio de las entradas!


La crónica


Pedro J: Cáceres



Madrid. Corrida del Domingo de Ramos



Cerca de ¾ de aforo (15.364 espectadores) concentrado, brumadoramente, en el sol. La gente quiere toros, pero lo más barato posible y la mayor confortabilidad climatológica previsible.



Corrida de Victorino. Desigual de presencia y hechuras, cumplidores, sin más, en el caballo, no rompió en su primera mitad, con tres pitadas en el arrastre. El segundo acto mejoró en presentación, igualdad y condición tras la nobleza, insípida, del 4º. El 5º* empleándose en el caballo y humillando fue bueno y aplaudido. Cerró plaza un toro para tentadero ficticio en la suerte de varas. Muy de Las Ventas. Luego, poco, o nada.



El lote de Robleño no regaló nada el 1º orientado, con casta en fase genio y cortando el viaje a la segunda embestida. Serio de semblante y cuajado de carne fue el 4º. Aplaudido por ello de salida. De condición noble le costaba repetir con transmisión y de finales muy irregulares viniéndose abajo a mitad de trasteo.

El 2ª, para Chacón fue el más liviano de peso, pero no menos serio. Toro de movilidad con cierta nobleza, pero no mucho viaje. El 6º* fue toro espectacular en el caballo (no todo fue verdad) y a menos. ahí quedó casi todo, en la parafernalia venteña. Noble pero venido muy a menos.

El 1º de Pepe Moral resultó muy “saltillo” de hechuras. Algo estrecho y escurrido fue protestado de salida. Las fuerzas tampoco le redimían ni su pobre condición en la muleta tampoco. Agrio y desagradecido.                             Su segundo fue toro bueno. Humillando y repitiendo, con mucha nobleza, pero al que le faltó fuerza para una mayor durabilidad, o una mayor y mejor dosificación por parte del torero. Pero un buen toro. Aplaudido en el arrastre.




Robleño anduvo avisado como veterano en un primero que se lo guardó todo a la espera de cazar hombre. Solvente en el “me quito, me pongo”, tapándose mucho por buen oficio. Buena estocada. Palmas. En el 4º anduvo centrado y dispuesto para estar por encima de su oponente. Colocación, distancias y buen trato fueron sus avales para resolver y dejar diez o doce muletazos sueltos con sabor. Buena estocada de ejecución, pero cayó baja. Saludó una ovación.



Chacón se ganó las primeras ovaciones de la tarde con el capote, lidiando y toreando primorosamente. Con la muleta destacó por el sitio en que ponerse y no entregar nunca la cuchara para, a la espera, sacar muletazos limpios e intentar ligarlos templado. Labor de mérito y torería reconocida por la afición hasta llegar la espada. Pinchó, se demoró, sonó aviso y saludó una ovación. Volvió a lucir en la lidia con el capote en el 6º*. Con la muleta anduvo dispuesto y torero pero no había mimbres para un cesto de los del MOMA. Bien con la espada, aunque necesitó de descabelló y todo se enfrió, más. Palmas.



Pepe Moral no tuvo, en el 3º, toro para lucir en el capote. Con la muleta exhibió buenos recursos lidiadores de principio pero que sirvieron de poco, el toro no quería pasar. Abrevió entre divisiones. No estuvo nunca a gusto ni confiado con la espada, sí eficaz. Tuvo un buen toro, humillando, en el segundo de su lote. Con calidad. Le pegó muletazos largos y templados cuando cogió el temple y la suavidad ante el exceso de obligación de los inicios en el que toro perdió las manos. Toreó despacito y limpio, pero no terminó de llegar a un público que creyó más en el toro que en el torero. Mal con la espada, sonó aviso y fue protestado.



Entre las cuadrillas destacó Jesús Romero en dos excelentes pares de banderillas en el 1º de la tarde.



* Octavio Chacón se cortó en la mano izquierda matando al 3º de la tarde. Ingresando en la enfermería, hubo que correr turno para su reingreso en el ruedo y matar su segundo toro en sexto lugar.





LA CRÓNICA DE JAVIER F. CABALLERO


Fernando Robleño, Octavio Chacón y Pepe Moral componían la terna del Domingo de Ramos en la tarde de este 14 de abril en la plaza de toros de Las Ventas. Por tercer año consecutivo, los toros de Victorino Martín eran los protagonistas del festejo.


El cárdeno que hizo primero era serio como llegar a fin de mes. Y se revolvió en el capote de Robleño buscando tobillo desde que salió. Por lo menos se definió pronto. Una alimaña fue el de Victorino, que buscó sobaco y corbatín con peligro de línea recta y pectoral. Allí se dobló Robleño con la prenda, que se quedaba debajo del trapo, hacía hilo y desarrollaba sentido y peligrosidad. Un macheteo por la cara fue lo mejor que pudo hacer Fernando. Una estocada desprendida, pero entrando muy derecho, valió para escuchar palmas.


Octavio Chacón desplegó con el capote torera lidia para echar hacia adelante la embestida del segundo, que se quedaba justo delante de la figura rosa y oro. Brillante anduvo en dos quites, con el toro embistiendo despacio y por definir. Pero se fue templado hasta que cuando cogió la muleta, con el tendido a favor, se fue a depositará en un machón del 7. Ya eran suyos. Pero luego había que mantenerse firme en la espera de la llegada dormilona, en el pulso en la embestida ralentizado y en la colocación para la revuelta. Le costó tres tandas entenderlo a Octavio, pero cuando lo comprendió creció de repente en la cara y se olvidó las urgencias. Pero entonces se fue parando el de Victorino, que no fue prenda ni alimaña a, y los fallos a espadas lo dejaron todo en silencio.


El tercero, muy al límite en todo para Madrid, tardó en coger los trastos con cierta franqueza tanto como tardó en llegar la faena de muleta. También Pepe Moral brindó al 7 una faena que comenzó con doblones hasta los medios antes de ponerse. Pero allí murió todo, porque entre la falta de claridad del cárdeno, el viento y las circunstancias, no levantó el vuelo la faena. Fea fue la estocada caída y el silencio valoró la faena.


Pero fue el cuarto el que trajo las embestidas importantes, desde la media abelmontada con que remató Robleño el saludo, hasta los cuatro o cinco naturales con que se abandonó el madrileño con la muleta. Por abajo embistió el toro, tal vez con cierta inercia que aprovechó Fernando para clavarse en el suelo y girar cintura y muñecas. Llegó el toreo de Fernando al tendido por momentos, sacando la muleta por debajo de la pala y sintiendo el trazo para que expresarse mucho. Lástima la colocación de la espada, porque volvió a tirarse derecho pero le cayó defectuosa la espada y todo quedó en ovación.

El Pepe Moral que salió en el quinto -corrió turno porque Chacón se había cortado en una mano y lo estaban cosiendo- fue distinto del del tercero. Comprendió a la perfección la exigente lentitud de la embestida del cárdeno, profundo al humillar pero muy al límite de condición para soportar esa entrega. Tuvo ralenti y tuvo gusto el toreo despacio so que afeaba por momentos cada caída del animal por la media exigencia. Por eso también se levantó la plaza en división, y la faena, tal vez excesiva en el me traje, no encontró premio tras el fallo a espadas. SIlencio tras aviso.


Al sexto lo lució Chacón en varas en el caballo de Santiago Pérez, donde tomó dos varas arrancando con alegría y recargando con fijeza al llegar con un bravo comportamiento, pero no tomó la tercera vara por no acertar el picador en el cite. Pero con la muleta fue de sutilidad y bamboleo el secreto del cárdeno, no de tralla y de correa. Hubo de echársela con mimo Octavio para que le devolviese una arrancada con más humillación que poder, pero sin el recorrido y la vuelta para sustentar las tandas. Anduvo con cuidada estética Chacón con él y se tiró con rectitud a matar para lograr una estocada arriba.

Al sexto lo lució Chacón en varas en el caballo de Santiago Pérez, donde tomó dos varas arrancando con alegría y recargando con fijeza al llegar con un bravo comportamiento, pero no tomó la tercera vara por no acertar el picador en el cite. Pero con la muleta fue de sutilidad y bamboleo el secreto del cárdeno, no de tralla y de correa. Hubo de echársela con mimo Octavio para que le devolviese una arrancada con más humillación que poder, pero sin el recorrido y la vuelta para sustentar las tandas. Anduvo con cuidada estética Chacón con él y se tiró con rectitud a matar para lograr una estocada arriba.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Corrida del Domingo de Ramos. Más de dos tercios de entrada.

Toros de Victorino Martín, tobillero, sobaquero y con sentido la prenda primera; noble y exigente en el pulso el segundo; justo de todo y sin franqueza el cárdeno tercero; de noble embestida y corta duración el cuarto; de humillada y noble pero feble embestida el quinto; de buen fondo sin recorrido ni transmisión el sexto.

Fernando Robleño, palmas y ovación.

Octavio Chacón, silencio y

Pepe Moral, silencio y silencio tras aviso. 

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