Victoriano del Río: "No sé si hay alguna mala intención ecologista o animalista en los veterinarios de Valencia"

Victoriano del Río: "No sé si hay alguna mala intención ecologista o animalista en los veterinarios de Valencia"

El ganadero habla bien claro tras lo sucedido en la Feria de Fallas con las corridas de Alcurrucén o Jandilla respecto al equipo presidencial y los veterinarios: "En Valencia se ha hecho normal la anormalidad con los veterinarios", afirma.

Uno de los grandes problemas de Valencia son los vetarinarios y los presidentes. Hemos escuchado días atrás a Fernando Lozano y a Borja Domecq. Igual ocurrió con la corrida de Victoriano del Río, que esta noche está con nosotros. Ganadero, buenas noches.

Buenas noches.

¿Cuántos toros tuvieron que ir a Valencia?

13 toros.

¿Y eso es normal?

Se ha hecho normal en una feria tan desconcertante en cuanto a veterinarios como Valencia. Y se ha hecho normal la anormalidad: no sé si hay una mala intención o uno ya piensa que los veterinarios están del lado de los animalistas, los ecologistas o los antitaurinos. Son fallos muy grandes y en contra de la Fiesta y de su razón.

Sería muy probable, teniendo en cuenta hechos anteriores, que aprobaran toros con menor trapío que los que ellos dejaron atrás.

Yo tengo la seguridad plena de que los toros de menos trapío son los que han aprobado. No sé con qué intención, si con falta de profesionalidad o con intencionalidad mala. Según ellos, porque tenían la conformación de los pitones más abierta. Hay un tamaño de toro bonito en Valencia, toda la vida los hemos llevado así y son los que han servido, y son los que mejor funcionan luego en la plaza. No sé a qué viene elegir ese tipo de toro que quieren imponer. Yo me he traído a casa los grandes y he dejado allí los chicos, que son los que han aprobado. Se quedaron allí los que tenían las caras más cortas y con menor trapío.

Luego está la actitud: según me cuentan, hay una actitud prepotente, con ausencia de diálogo y de atender a razones de quienes saben de esto.

Yo quiero ser leal con la realidad: a mí me dieron opción a hablar, pero me impusieron que solo se hablaba de la recuperación de un toro, exclusivamente ese. Y por cierto, el toro que yo tuve que trabajar para que se lidiase fue el quinto de la tarde, que estaba desechado, que luego fue el mejor toro de la tarde. Y no me dejaron hablar más de la opción de qué toro recuperaría.

Le he preguntado a Borja Domecq que esto tiene que tener alguna solución: ocurrió en el San Isidro pasado, en Zaragoza… está la asociación de ganaderos, de matadores… ¿no hay alguna forma de poner en pie todo esto?

Debería exigirse hacer una preparación pormenorizada de los veterinarios, que éstos tuvieran que pasar unos mínimos filtros para saber de verdad qué es una corrida de toros.

Y en contra de como ocurre en Andalucía, estos veterinarios se niegan a hacer viajes al campo para ver las corridas.

Totalmente. Porque no quieren. Para desechar toros en el campo no les pasa nada. En cambio vienen los de Sevilla y examinan por arriba y por abajo la corrida y así se la ponemos y luego más o menos no hay problemas, y se lidian los toros que ellos dicen.

Quizá porque no saben ver los toros ni en el campo ni en los corrales.

Ese es el problema.

Hablemos de la corrida, ¿satisfecho?

Sí, hubo tres toros que a mí me parecieron buenos, con distintos matices, y dos de nula opción como el lote de Juli. El primero fue un animal muy bueno que le tocó a Jesús Chover, negándole una oreja el palco que pidió el público con intensidad después de que la estocada cayese baja. El segundo toro de Juli no tuvo opción de triunfo; el tercero de Roca Rey fue un toro noble al que supo enjaretarle una buena faena, siempre poniendo en riesgo su cuerpo a base de valentía. El cuarto tampoco tuvo opciones. El quinto fue un excelente animal, con una clase excepcional, de esos toros que tienen galope y el hocico por delante, empujando siempre, que es lo que transmite la emoción y el toreo caro. Un sexto toro que le tocó al toricantano que tampoco fue ningún animal malo pero no tenía la franqueza del primero, y el torero no encontró posibilidades.