Artístico regreso de Antonio Ferrera a La México cortando las dos orejas del 4º para salir en hombros

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PLAZA MEXICO * TEMPORADA GRANDE

FERRERA EN HOMBROS. MEXICO DF


Artístico regreso de Antonio Ferrera a La México.


POR MARYSOL FRAGOSO


Antonio Ferrera dejó que el alma hablara por él, en una tarde donde colocó verdad, pasión, corazón, sentimiento, sensibilidad y pureza para conjuntarlas con un gran toro de Santa Bárbara con el cual hizo surgir la magia del toreo. Cortó dos orejas tras una faena artística que duró 18 minutos, en los que el astado, merecedor de arrastre lento, colaboró para emocionar a la afición que contempló como al final de la misma, el hispano dejaba correr el llanto por sus mejillas, en lo que fue su dulce regreso a la Plaza México. Juan Pablo Sánchez, tras una labor con temple y clase, terminó malogrando con el acero. Jerónimo logró un desempeño, plagado de sentimiento y personalidad. El encierro de la dehesa zacatecana de Javier Borrego, contó con clase; a pesar que algunos toros fueron medidos de fuerza, los toreros del cartel solventaron la papeleta con oficio y recursos.


Antes que saliera al ruedo el cuarto toro de la corrida, Ferrera abandonó el burladero de matadores. Por el callejón, llegó a la altura del burladero de aguante, donde realizó un ejercicio de concentración en sí mismo. En silencio, hacia sus adentros, reflexivo, se alejó mentalmente de la algarabía de la plaza. Era el preludio de la obra de arte que estaba a punto de elaborar. Cuando sonó el clarín y el toro recorrió la arena; entonces, este hombre se desprendió por el mencionado burladero de aguante para recibir a “Abuelo” con un imaginativo lance, le ligó una serie que, remató con una media de cartel. Llevó al burel al picador, donde provocó un aparatoso tumbo que puso en vilo al piquero. El quite providencial también salió del capote de Antonio.


Como ese toro se arrancaba con alegría desde media distancia, el hispano se lo pasó muy ceñido desde los primeros pases para darle gran dimensión a las tandas que hilvanó en su trasteo. Llegado el momento, clavó el estoque en el albero y dio rienda suelta a la imaginación que alcanzó cotas muy importantes que estrujaron el sentir del público mexicano. Terminó de estocada entera y como el toro vendió cara su vida, supo esperarlo en un pasaje emotivo que causó que la gente se quedara dentro de la valiosa labor y cuando dobló el morito, solicitara las dos orejas que finalmente fueron concedidas y las paseó en compañía del criador del toro que había sido despedido con un beso en el testuz. El primero de su lote y de la tarde, contó con clase, pero fue medido de fuerza, no obstante, con oficio y toques puntuales, Ferrera resolvió con buen gusto y un pinturero final. Terminó de una estocada entera pero baja y dio vuelta al ruedo.


Juan Pablo Sánchez se brindó toda la tarde. Su faena ante el tercero, al cual condujo en una lidia impecable para hacerlo embestir hasta que rompió. Lo llevó a boca de riego, donde toreó con mano muy baja y mostró su muñeca de privilegio. Dio el tiempo y la distancia exactos que le pedía ese animal con clase. Acortó terreno y se fue cruzando para ligar más pases en cada tanda. Cuando el toro se agotó, lo dejó cerca de tablas para exprimirle hasta el último aliento. Se desempeñó desacertadamente con la espada y dejó escapar una valiosa oreja. El último ejemplar fue el lunar del encierro, ante lo cual, cumplió.


Jerónimo estuvo entonado e inspirado ante los toros de su lote. El segundo, de Lebrija, fue pronto al embestir y lo lanceó con seguridad. Con la muleta tuvo un buen inicio y por momentos se confiaba ante el comportamiento de su socio que en cuanto lo sintió buscó apuntarle al cuerpo por lo que el lidiador optó por terminar su actuación con una desentonada ejecución con los aceros. Luego de la faena del primer espada, le costó convencer al público ante el quinto. Llegó a redondear varias tandas con reposo, pero la conexión total nunca llegó.


FICHA DE FESTEJO

PLAZA MÉXICO

DOMINGO 8 DE DICIEMBRE.

Quinta a corrida de la temporada. Aproximadamente cinco mil aficionados en tarde apacible.

CINCO TOROS DE SANTA BÁRBARA y UNO DE LEBRIJA (segundo), cumplieron en presencia, aunque primero y sexto, fueron de menor catadura. PESOS: 521, 558, 545, 520, 473 y 472 kilos de peso.

ANTONIO FERRERA (verde esmeralda y oro):

Vuelta y dos orejas

JERÓNIMO (turquesa y oro):

Pitos tras dos avisos y silencio

JUAN PABLO SÁNCHEZ (marino y oro):

Palmas en su lote.

INCIDENCIAS: Saludó en el tercio el banderillero Alejandro Prado.

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