​Pamplona: de la reválida al fin de carrera “cum laude”

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EDITORIAL (Programa LA DIVISA del 16 de julio, 2018)

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Pedro j. Cáceres


Pamplona: de la reválida al fin de carrera “cum laude”



Pamplona, pese a la algarabía y los, a veces insoportables, ruidos, cumple, tras San Isidro, una función de reválida (por la seriedad de su toro, dentro de las lógicas desigualdades según la terna) que supone una regeneración de La Fiesta. Principalmente para aquellos meritorios de Madrid que refutan su proyección, censura su marginación y propicia la entrada de estos en ferias por confeccionar o estar en primera línea de la lista de espera por las sustituciones.

Es el caso de Octavio Chacón, la revelación de la temporada, Emilio de Justo y los toreros de la postrera miurada, pese a no tener opciones, Rubén Pinar y Pepe Moral.


Entre la clase media, Ureña (que pagó con su sangre su lucha por abrirse hueco entre las figuras), Román y Del Álamo cortaron oreja para pasar satisfactoriamente esta especie de ITV que es San Fermín, y lanza a un novillero, que ya triunfó en Las Ventas, como es Francisco de Manuel.


De la “pachanga” familiar de la de rejones, mejor “no meneallo”.

Lo mismo que lo de los concejales y concejalas/presidentes y presidentas que lo de subir al palco con ropajes de carnaval dan idea de su indocumentación e irresponsabilidad, con errores (a veces adrede) que le quitan seriedad a cita tan importante en primera instancia, porque ,afortunadamente, sus meteduras de pata no hacen mella posterior, donde los notarios (prensa y público) dan fe de las orejas regaladas y las contraponen con las robadas; alguna, como la segunda de Liria, de una insensibilidad intolerable en actitud más propia de un “imbécil”.

Volvamos al análisis.


De las figuras, o catalogadas así, más en función de un currículo que de su momento actual, destacó sobremanera El Juli …y Perera aún sin orejas.

Cumplieron, en triunfo de oreja (ITV), Castella, López Simón, incluso Cayetano, eclipsado por el “Ciclón de Jerez” y el “Tifón de Lima”.

Preocuparon que, bien sin suerte con los toros, o “mandanga” toreros como Garrido, Ferrera y Marín (tuvo 2 tardes) apenas pasaran de justificarse.


Y de la ITV de las “figuras” y la reválida al fin de carrera de dos ejemplos como toreros y seres humanos, y más que por “cojones”, raza, coraje, amor propio por torería: por el respeto al traje de luces y a La Fiesta.


Pepín Liria y Padilla (cosecha del 93) cumplían 25 años de alternativa (cosecha 93/94, los 90, al fin y al cabo, la verdadera Edad de Oro del toreo)

Liria reaparecía para celebrar efemérides con la seriedad y el compromiso de una plaza, y un toro, como Pamplona y para homenajear a Víctor Barrio e Iván Fandiño, y su entrega y verdad bordeó otra tragedia. El toreo es eso.

El toreo es “el sufrimiento como parte de la gloria”.

La frase que acuño Padilla y predicó con el ejemplo compareciendo con la cabeza abierta días antes en un pueblo (Arévalo) pero con la grandeza de su entrega para cortar 3 orejas y provocar que junto al clásico ¡illa, illa, Padilla maravilla! Se entonara, con sinceridad y emoción, por el sol y la sombra, lo de ¡Padilla quédate, Padilla quédate!


El ejemplo, de todo, de “El león de Cehegín” y el “Ciclón de Jerez!

En ese espejo tan sólo se ha mirado y asimilado, de los toreros jóvenes “El tifón de Lima”: Andrés Roca Rey que despachó La Feria del Toro con 6 orejas, 2 PG, y sumar 5 salidas en hombros de 5 actuaciones en la vieja Iruña.

El testigo que la tarde del viernes le pasó Padilla a Roca Rey no sólo es el relevo en la idolatría de ese público, y esa afición, tan heterogénea, si no que le consolida como figura del toreo desde el minuto 1 que quiso serlo.


Todo porque el sufrimiento de las incipientes temporadas de su carrera, muy duras de cornadas y porrazos, está presupuestado en el objetivo de la gloria, como la que alcanzó en dos tardes, este año, en Pamplona.

No sé dónde ni como estará el limeño dentro de 23 años. Supongo que felizmente retirado, reconocido como figura grande y rico.


Lo que sí sé, es que si por el 2040 se le ocurre celebrar su efeméride lo haría como Liria y Padilla, con el compromiso de una plaza de 1ª y un toro de “Pamplona” sin que me quepa la menor duda que saldría vitoreado como el jueves y viernes ocurrió con Liria y Padilla.


Lamentablemente muchos son los llamados, o se apunta, o les apuntan, y, por el momento, de los del relevo, sólo uno es el escogido.

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