Joaquín Galdós, tras la lidia del cuarto, señaló que “era un toro muy descastado. Tenía esa fe de que en la muleta lo podía encauzar, pero luego me ha arrollado. Y era por esa falta de casta. Ya con el toque muy violento, he intentado buscar una ventana. No era el toro de triunfar aquí, ha sido a contraestilo”.
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