San Isidro bautiza el oficio de Toñete

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EL COMENTARIO BREVE DE PEDRO J. CÁCERES


Mayalde, el novillo de Madrid


Hubo de todo. Pero su equilibrada presentación y versatilidad de juego, su seriedad de planta, respetando las hechuras, y su rigor dispar en el juego la de Mayalde fue novillada de Madrid.

Por ejemplo, el 2º: genio, protestando, pero agresivo y repitiendo: emoción. La virtud de Cadaval fue citarle de rodillas en los medios, sin probaturas, y luego aguantar los arreones, por ambos pitones, con la muleta por delante y llevándole generalmente templado. Novillo de los que en Madrid hacen daño a un torero y Cadaval tuvo petición de oreja, eso lo dice todo.

El 5º fue novillo de pasar, sin clase, y el viento no ayudó en una labor muy larga para justificar.

Al contrario que el 2º, el 1º de Toñete fue novillo de clase, humillando, pero blando. De los que se necesita mucho bagaje y torear muy bien. para crujirlo. Supongo que Toñete, que estuvo correcto, está en ello. En el 6º se desató una tormenta agresiva, así es muy difícil emitir juicio más allá del mérito de Toñete de pegarle buenos pases a un buen novillo en un alarde de raza y coraje, vergüenza torera hasta cortar la oreja.

Novillo dócil, mansito, aquerenciado y rajadito resultó el 1º. Ofreció una decena de embestidas claras que aprovechó Atienza para torear templado. Pero el conjunto fue de faena por entregas, buenas y de folletín. El 4º tuvo la movilidad de todo el encierro, pero exigía compromiso. Atienza lo entendió así, pero tarde; y se le hizo de noche.

2/3 de (aforo15763)

Pedro J. Cáceres



LA CRÓNICA


TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: SARA DE LA FUENTE

La segunda novillada de la feria de San Isidro madrileña llegaba en la tarde de este lunes al coso capitalino. En el cartel, y frente a un encierro de Conde de Mayalde, hacían el paseíllo Pablo Atienza, Toñete y Alfonso Cadaval a las siete en punto.

“Jarretón” llevaba por nombre el primero de la tarde, un animal de 519 kilos. Teo Caballero, de grana y oro, trajo picado al novillo metro y medio antes de entrar al caballo. José Manuel Mas lidió al animal, entrando por delante Miguel Martín, que dejó un gran par vestido de azul cielo y azabache. Fernando Sánchez le siguió en suerte, clavando con la facilidad que es habitual en sus actuaciones. De nuevo Martín clavó con brío aunque algo trasero para cerrar ese momento. Actitud mostró ante un novillo mansurrón, que no le prestó opciones y con el que dejó momentos aislados en terrenos de tablas. Mató defectuoso y fue silenciado tras aviso.

“Extranjero”, negro salpicado, era el primero del lote de Alfonso Cadaval, que dejó algún compás veroniquil suelto de salida. Por gaoneras fue el quite de Toñete. Bien José Antonio Carretero, de grana y azabache, que colocó un buen par ante un astado reservón, que se guardaba todo para sí, algo que también hizo en el turno de Sánchez Araujo. En apuros puso a José Antonio Carretero en el último par, cambiando el tercio la presidencia. Entrega mostró en el inicio de faena, yéndose de rodillas al centro del ruedo. Un novillo repetidor tenía delante, que puso la antena de la emoción en el tendido y al que aprovechó en las dos primeras series por la mano derecha el joven, aunque sin terminar de crujirse con el astado. No terminó de encontrarse con un novillo de premio. Se pidió tras la estocada la oreja, de forma acertada no concedida por el palco.

“Guardiamonte II” se llamaba el tercero, de Conde de Mayalde, negro listón protestado de salida por su justa presencia para esta plaza. Carlos Pérez Hernández, de grana y oro, fue el encargado de picar al novillo. Ángel Gómez Escorial entró por delante clavando un solo palo, siguiéndole en suerte Javier Gómez-Pascual. Templado y gustoso fue el inicio de la faena del joven, con mucha torería y dejando caer los hombros en dos de ellos. Buenos compases a zurdas sonsacó el joven madrileño ante un novillo aplomado, siempre a menos, y al que lo tuvo que buscar en la distancia corta. Animal aplomado en cuanto le exigió Catalán, al que mató bien.

Al portón de los sustos se fue Pablo Atienza a recibir al cuarto de la tarde, un animal de 499 kilos también de Conde de Mayalde al que el segoviano saludó por la cambiada de rodillas y verónicas posteriores. Con la cara alta le empujó al caballo que montaba Álvaro Atienza un astado incierto en este tercio. Buen par de Fernando Sánchez, dejándose ver. Mantuvo la emoción el animal al que le corrió bien la mano Atienza, finalmente apagándose la condición del astado. Palmas tras dos avisos.

Goterones de importante volumen caían mientras salía al ruedo de la plaza el último novillo del encierro. Más cuajado y enmorrillado que sus hermanos anteriores era el animal. Óscar Bernal se encargó del tercio de varas cuando el granizo comenzó a hacerse presente, cogiendo bien al novillo el picador y derribando el astado al caballo. En corto cogió el capote Ángel Gómez-Escorial, ante una tremenda granizada que estaba cayendo en el momento en el que Agustín Serrano y Gómez-Pascual se jugaron de verdad la vida. El oficio de Toñete bajo una tormenta tropical dejó su sello en una faena para el recuerdo de esta plaza, que hacía décadas que no vivía una faena con tal dimensión de agua cayendo en los tendidos de la plaza de toros. Estoica actuación por la mano derecha del torero madrileño, que metió hasta el fondo la espada para cortar finalmente la oreja.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Décimo cuarta de la feria de San Isidro. Novillada con picadores. 16.000 espectadores.

Novillos de Conde de Mayalde.

Pablo Atienza, silencio tras aviso y palmas tras dos avisos.

Alfonso Cadaval, ovación y

Toñete, ovación y oreja. 

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