Antonio Ferrera se mostraba contrariado con el comportamiento del primero de su lote de victorinos: "Él venía siempre muy dormidito, sin entregarse. No era lo que queríamos. Este es un tipo de animal al que en corto le falta salir, a pesar de lo bien hecho que estaba, que ilusionaba mucho nada más verlo. Uno siempre sale con ganas de estar por encima de las circunstancias".
Escribe tu comentario