Del prólogo de la “Feria del Toro” lo primero que hay que destacar es que a Pamplona los árboles del trapío enorme y cornamentas asustantes que son el ADN de su feria le dejan ver el bosque de lo que es una novillada

Años luz y dos destellos

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EN CORTO Y POR DERECHO (PJC)


Años luz y dos destellos


Del prólogo de la “Feria del Toro” lo primero que hay que destacar es que a Pamplona los árboles del trapío enorme y cornamentas asustantes que son el ADN de su feria le dejan ver el bosque de lo que es una novillada.



La de Parralejo fue una novillada de plaza y feria de 1ª en ruedo tan enorme como el que más. Una novillada y no una gayumbada como, sin discernir entre lo serio y lo extravagante ocurre en Madrid cerca de 30 tardes al año por un pliego descabellado y una ¿afición? caduca y trasnochada que tiene como rehenes consentidores a autoridad y facultativos. A la empresa también, pero esta se guarece en el burladero del tal pliego con el fundamento, más grado que un argumento, que tal producto en tal cantidad no lo hay en el mercado de lo cual se resarce de las numerosas pérdidas que producen estos festejos comprando “al peso”.



Luego la de Parralejo salió como salió. A mí, particularmente no me terminó de gustar en conjunto y la veo en “desaceleración” de casta y clase de lo que fueron sus inicios. Sirvió y punto. Para muchos será suficiente.



Dos destellos de esperanza pese a lo difícil que está esto de los novilleros :


Javier Marín proyectó que tiene valor y concepto cuando el 1º se lo permitió y se despojó, por momentos, de los vicios propios de quienes tienen que cortar orejas en Madrid por lo criminal sin que luego les sirva para nada y a cambio de una oreja quitarles el sito secuencial lógico del aprendizaje.


Andy Younes tiene envoltorio para circular. Serenidad, seriedad, verticalidad y un muy suave y sutil trazo con la muleta como demostró con el noble 3º. Le falta el contenido que da torear para superar con técnica torera (torear), lo hizo con el corazón, las adversidades de animales agrios como el 6º. Y por supuesto la espada; el que no mata no come (maestro Palomo Linares dixit).



Y años luz de todo el escalafón, incluso de la generación anterior que ya son matadores de toros es lo que plasmó ayer con dos animales distintos, torero largo, Luis David Adame.


Me recordó a Roca Rey en su trayectoria novilleril cuando pese a sus triunfos en Madrid, Sevilla etc. era el “patito feo” del “cambio, compro, vendo” del sistema en beneficio de sus pupilos e incluso le birlaron un “zapato de oro”.

Ahí está Roca Rey sin haber cumplido un año de alternativa y ahí están los demás.


Es lo que tiene estar a “años luz” que quien quiero verlo lo ve desde el principio y si no a caerse del caballo esperando las evidencias.


Lo evidente ayer, en Pamplona, es que L. D. Adame está a “años luz” de toda su generación.

Ahora suerte, y acierto en su administración.

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