​La “clase media alta” solvente, de sangre, sudor y lágrimas, huérfana.

|

PJC

EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL 6 DE FEBRERO 2023

PEDRO J. CÁCERES


La “clase media alta” solvente, de sangre, sudor y lágrimas, huérfana.


Ya comentábamos el pasado lunes las numerosas ausencias de toreros notables, alguno de notable alto, que se han quedado fuera de San Isidro.

No reivindicábamos nada, ni a nadie, pero creímos era de justicia darle visibilidad a modo de pequeño homenaje ante las ilusiones rotas de no estar en la feria más importante del mundo: la que da y quita.


Una feria que, sin embargo, catalogábamos de sobresaliente, porque no hay más que echar un vistazo a la cartelería y colegir llenos en más de un 60 % de festejos. Ese, y no otro, va a ser el examen a pasar y, en tres semanas, según tire el abono nos iremos a  conocer la cualificación adelantada, hasta ver el resultado de las entradas sueltas, liberadas de precio.

Nos referíamos a esos toreros de ferias, cuajados, solventes, de ,casi siempre, bailando con la más fea, pero que tiene un estatus para que ,su desgracia, sea eso, su currículo. Lo que ante la ausencia de San Isidro no les pueda redimir ciclos como “La Copa Chenel” que visto, lo visto, es de saldos y “outlet”, lo que no corresponde con la categoría de la mayoría de estos toreros que no comparecerán, por mayo, en Las Ventas; quizá alguno tenga otra vez que aprobar examen de ingreso en la canícula de julio y agosto.


Gran oportunidad ha perdido “La Copa Chenel” (no utilizarás el nombre de Antoñete en vano) de aliviar lo que su inquilino ha dejado. Pero para ello al ciclo hay que darle categoría, al menos la que tiene estos ausentes, empezando por los cosos a lidiar (en la Comunidad los hay modernos y confortables, y en algunos de ellos se celebran grandes ferias, como, por ejemplo Torrejón, Las Rozas, etc. Y, ahí está el ejemplo de Valdemorillo) y no programar pueblos por el mero hecho que sus corporaciones colaboran ¿en qué, y para que, o quiénes?


De ellos, se redimirán algunos de los que tiene cuna (Sevilla, Valencia, etc.) pero no así los incluseros, a la espera de las ferias de 2ª y 3ª de su zona.


Siempre les quedará Pamplona, o Albacete, Murcia etc. pero ya será tarde con todo hecho. Quizá la satisfacción íntima de sentirse toreros, y de los grandes, pese a su encasillamiento, y que suene la flauta en el año 24.

Aunque me temo que, otra vez, “vuelta la burra al trigo”. Todo apunta, si Madrid es la referencia y el salvavidas al que agarrarse contra corriente, a que la orfandad de este selecto grupo de toreros ha llegado para quedarse.




Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.