​Mamá cumple 100 años

Mamá cumple 100 años

Una viuda de 100 años y 2 días.

El pasado sábado la Monumental de Barcelona cumplió 100 años de su inauguración, más bien de su ampliación a la categoría de monumental.

La efemérides, cabalística, no ha tenido más celebración que la causalidad, más que casualidad, de coincidir con las jornadas de la UTYAC (Unión de taurinos y aficionados de Cataluña) cuyo mayor regalo de cumpleaños fue la presencia, por sorpresa, de José Tomás.

Mientras tanto los buenos aficionados se tiene que refugiar en la TV y en los viajes a Aragón, Navarra, Valencia para resarcirse, más que saciarse.

La escuela taurina buscó asilo político, nunca mejor dicho, en un generoso rincón cedido por la francesa de Nimes.

Y estos chavales tienen un festival reivindicativo con todo el torero catalán militante el próximo fin de semana en el exilio de la aragonesa Alcañiz.

La Monumental ha cumplido 100 años con aceptable salud arquitectónica, algo descuidada de chapa y pintura pero sobre todo ociosa de vida, de contenido, desde su cierre.

Mamá ha cumplido 100 amos. Una viuda de 100 años y 2 días rica por castigo tan solo hace 40 años y, aún apestada por el catalanismo, con una herencia cultural y patrimonial muy estimable.

Una herencia que por desgracia, salvo unos pocos, nadie quiere reclamar ni siquiera quien debería de velar por resguardar tanta riqueza inmaterial.

O a lo peor, es por eso, por ser inmaterial y no lucrativa políticamente por lo que el Tribunal Constitucional le está aplicando una eutanasia repulsiva.

Y el Gobierno, ni funcionando, ni en funciones. Mirando para otro lado, quitándose de en medio, y cínicamente lamentándose: “ni se muere padre ni cenamos”.