Ni siquiera el PP, que no está clara pueda gobernar, cuando con la mayoría absoluta se ha limitado a respetar y poco más

Del azul real al rojo virtual o la prostitución de los colores

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Del azul real al rojo virtual o la prostitución de los colores


Mi historia de hoy es confusa. Pues no se si la pesadilla de la incidencia política que tanto está erosionando el desarrollo de la actividad taurómaca ha concluido con la jornada electoral de ayer.

Creo que no. Ni que haya clarificado nada.


Ni siquiera que los grandes perdedores de anoche, por mucha autocomplacencia que vociferen, lo hayan sido, su fracaso, por su postura ante la libertad que supone dejar caminar por su vereda a la Fiesta de los toros y su actitud desesperantemente ambigua, equidistante, pero profundamente nociva que ni se corresponde con la tradición socialista ni con la idea de la unidad de España y la preservación de sus valores y pilares como se llena la boca Ciudadanos.

Estos dos no han conseguido engañar a nadie, ni en esto ni en política en general, por mucho que han intentado citar al toro desde el burladero de las dudas de manifestación y contradicción de acciones.


Más confusión.. Es posible que una afición y un personal no contrario a los toros haya votado a Podemos, cuya postura es clara y meridiana de estar en contra, pero dudo lo haya hecho con el PSOE y los riveristas o arribistas.


El futuro para “los toros” sólo está garantizado por la fuerza de un sector que moviliza gentes y mueve dinero y empleo del que se lucran los poderes públicos.

El inmovilismo del sector tampoco augura reacción para reivindicarse.


Así, poco podemos esperar de apoyos, promoción y difusión. Ni siquiera el partido popular, que no está clara pueda gobernar, cuando con la mayoría absoluta se ha limitado a respetar… y poco más.


Como se colige del gráfico del mapa electoral por jurisdicciones provinciales España es azul, muy azul; pero este país le gusta jugar a la ruleta (a la rusa, ruleta rusa también) y convierte el azul natural en un artificial rojo, impar y pasa.

Rojo sangre de toro que chorrea bochorno hasta la pezuña por lo puyazos alevosos de las ya sabidas de las colaciones de perdedores.


La España que contó Machado: de charanga y pandereta, cerrado y sacristía…

España más cañí que nunca


O Como hoy publica juan Lamarca “el coño de la Bernarda”



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