​Un rotundo Juli pincha el triunfo con todo Madrid rendido ¡todo!

Un rotundo Juli pincha el triunfo con todo Madrid rendido, ¡todo!

El de Velilla cuaja una excelente tarde con un buen encierro de La Quinta

LA CRÓNICA DE ALEJANDRO M. CARABIAS

La expectación desbordó los tenidos. Ni un  alfiler cabía entre el gentío. La Quinta traía una corrida armónica, sería, en el tipo de la casa. Y varios toros para cortar las orejas.

El Juli se hizo amo y señor. En qué momento está el de Velilla. Su primero fue un tacazo, una pintura y no falló. Traía la clase etérea en sus dos finos pitones. Julián le sopló unas verónicas cadenciosas, toreando con la cintura. Eso fue el preludio. Porque en la muleta llegaría series macizas, rematado los muletazos por debajo de la pala del pitón. Y el cárdeno se entregaba cada vez más. Cumbre fueron los naturales. Y la plaza se partía las manos. Lo mejor llegó en el epílogo, por derechas, roto El Juli. Dejó una estocada arriba y cobró la oreja. La ovación al de La Quinta en el arrastre fue unánime.

Lo mejor llegó en el quinto. El de Velilla dio una clase magistral de distancias y alturas. El de La Quinta era un marrajo, agarrado al piso,  sin entrega ninguna. Pero, Julián se puso en el sitio. Donde queman los pies y llegan las cornadas. Y también la gloria. El de Velilla le abrió los caminos con la muleta retrasada dado que el viaje del reservón toro era ínfimo. Casi se le echa a los lomos. Pero no. Volvió a la cara del toro sin amilanarse. ¡ Qué ocho naturales le enjaretó! Llevando hasta la última tela de algodón de la muleta la embestida. Y Madrid se vino abajo, el 7 incluido. Rotundos, llenos de plasticidad y elegancia. Roto el torero se fue a por la espada. Con la zocata en la izquierda, Julián prendió la mecha de la puerta grande. Pero la espada apagó la mecha. Y el triunfo de Julián. Dio una vuelta con los mejores honores.

Morante pechó con la más fea del encierro. No hubo opción ni de ponerse. Faltó entrega a los toros.

Venía Aguado con la vitola del faenón de 2019. Y todo quedó en agua de borrajas. El sevillano no se acopló con el noble tercero. La faena trascurrió entre las protestas del público debido a su colocación; fuera de cacho en todo momento. Lo mismo le pasó con el sexto, que tenía buen embroque, pero pecaba de finales. Toro muy potable. No me quiero olvidar de la tarde de Iván García magnífico con el capote y garapullos.

Plaza de Toros de Las Ventas. Lleno de no hay localidades. Toros de La Quinta, muy bien presentados 1; soso 2; enclasado 3; noble 4; deslucido 5; reservón 6; con mejor embroque que finales

Morante de la Puebla, silencio y silencio

El Juli, oreja y vuelta al ruedo

Pablo Aguado, silencio y silencio 

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ALFREDO ARÉVALO