​Ginés Marín se encumbra en Las Ventas en el final de la Feria de Otoño

CRÓNICA DE ALEJANDRO M. CARABIAS

Ginés Marín se encumbra en Las Ventas en el final de la Feria de Otoño

El extremeño desoreja al sexto de la tarde de un interesante encierro de Los Lozano

Siempre se ha dicho que la mano de los dineros es la izquierda. Y Ginés se hará rico porque toreó de escándalo al sexto. Cada natura era un cante a la belleza, con su muleta dibujó lo más puro de la Feria de Otoño. De otra galaxia fueron los dos cambios de mano, cumbres. No se puede torear mejor. Hizo el toreo Ginés. La rubrica fue un espadazo en todo lo alto. Dos orejones y gran ovación al toro, que tuvo una clase extraordinaria por el pitón izquierdo. 

En su primero, rememoraron Morante y Ginés a Chicuelo. Morante por el palo del clasicismo y Ginés por la raza. Cumbre. Antes, en el recibo de capa, esbozó unas bonitas verónicas. En la muleta, hubo muletazos sueltos. Una pena porque el animal tenía buena condición, pero le faltó raza. Si la hubiera tenido, era de escándalo el toro.

Las Ventas esperó a Morante. El andaluz templó con mucho empaque y entrega a un animal que tendía a puntear los engaños. Consiguió momentos excelentes. Mató a la primera y paseó un apéndice. En su segundo, se estrelló ante un descastado animal.

López Simón pasó por Las Ventas sin pena ni gloria. Se llevó un lote muy interesante, pero los ahogó y, a partir de ahí, los animales se vinieron abajo.

Plaza de Toros de Las Ventas. Última de Feria. Lleno dentro del aforo. Toros de Alcurrucén. De interesante juego y bien presentados. Destacó la clase del sexto.

Morante, oreja y silencio

Lopez Simón, saludos y silencio

Ginés Marín, silencio y dos orejas