​Emilio de Justo “Soy un privilegiado, la vida me está tratando de categoría y lo tengo que disfrutar”.

Emilio de Justo “Soy un privilegiado, la vida me está tratando de categoría y lo tengo que disfrutar”.

Tenía la Puerta del Príncipe en la mano, un sueño, pero triunfar de esta forma en Sevilla me da fuerzas para que a la próxima sea.

En la faena de las dos orejas No ha habido más secreto que ponérsela y tirar de ella con verdad»

he podido dejar claro mi concepto y mi compromiso y eso es lo más importante

Era la primera de Victorino que mataba esta temporada, ni me voy a encasillar con este encaste pero tampoco a renunciar a un hierro que me ha dado tanto, sobre todo en plazas puntuales, de categoría.

Al suceso del domingo, en la Maestranza de Sevilla (esa Puerta del Príncipe de Guillermo Hermoso de Mendoza), le antecedió un hecho que hizo vibrar a todos los aficionados sevillanos: esa Puerta del Príncipe que tenía entreabierta Emilio de Justo. El extremeño dio una esplendorosa tarde de toreo con los de Victorino, mano a mano con Antonio Ferrera.

Muchísimas felicidades, Emilio.

Muchas gracias.

No solo por lo de Sevilla, que yo supongo que no es ni más ni menos que fruto del trabajo, la preparación, el seguir ganando pasos, como el lema de la Guardia Civil: el paso corto, vista larga y mala leche.

Estos años han sido muy importantes, estos dos/ tres últimos. Este año 2021 está siendo la temporada más importante de mi vida, porque he tenido más regularidad de triunfos y por sensaciones. Sobre todo, por haber sido capaz de triunfar con fuerza en Madrid y Sevilla. Muy contento de cómo están saliendo las cosas y a ver si lo acabamos de rematar bien.

Corrida mano a mano y con una afición sevillana que se entregó contigo, - a veces se dice que pide el carné de identidad- cuando se torea con pureza, con el alma, con el corazón y con el sentimiento se entrega esa plaza…

Me sentí muy bien acogido. En Sevilla me trataron con mucho cariño y por momentos me sentí uno de los suyos. Estuve muy a gusto durante todo momento. Me sentí muy identificado, vi a la plaza, también, muy identificada conmigo. Eso no es fácil en Sevilla porque a los toreros que no somos de Sevilla, no es que nos cueste más, sino que la gente te puede medir un poco de más. Desde el primer momento, la gente se entregó conmigo.

Supongo que eres un hombre feliz por entrar de esa forma en Sevilla, pero pudiste cortar cuatro rejas, tanto una del primero como otra del del sexto. Al final, fueron dos y no sé si queda la espinita… La Puerta del Príncipe es un sueño.

Hombre, claro, eso es lo más bonito que uno puede soñar; salir por esa Puerta del Príncipe. Y la verdad es que la tuve cerca. La espada no entró, sobre todo, en ese último toro que creo que tenía la oreja. Hubiera rematado la tarde por todo lo alto y hubiera podido abrir esa Puerta del Príncipe. Hubiera sido un sueño tremendo. No vale lamentarse y hay que quedarse con las sensaciones tan bonitas que viví. Ha sido una de las tardes más bonitas como torero.

Para conseguir un triunfo tan apoteósico como el del segundo toro, ¿En qué se basa? Se basa en la concentración, la colocación, el temple, el sentido de las distancias…

Es una ganadería que te pide mucha entrega. Tienes que estar muy entregado, muy convencido desde el principio. Con los tres toros estuve muy entregado. Aposté desde el primer momento. Traté de dejar la muleta por delante y aguantar esa incertidumbre, que muchas veces se plantean los toros de Victorino. Gracias a Dios, el segundo toro tuvo un fondo bueno; transmisión, emoción y profundidad en sus embestidas…De principio a fin, tenía muy claro que tenía que entregarme al máximo. Creo que la gente lo vio.

Hombres, como tú, que habéis pasado un quinario hasta llegar aquí y ahora estáis disfrutando, después de tanto esfuerzo, tanto sacrificio y a veces, tanta frustración. Sois un espejo para aquellos que están ahí, que no terminan de romper…Tarde o temprano, el que tiene la moneda la cambia, como dice el dicho.

Cada persona en la vida tiene su circunstancia. Hay personas que la suerte le viene muy pronto y a otros tarda mucho más en venir ese reconocimiento. Cuando se tiene afición, vocación, uno no se aburre nunca y confía mucho en sus posibilidades, viene esa recompensa. Lo más importante es tener esa constancia y creer mucho en uno mismo. También, hay que tener talento y cualidades para que se pueda traducir, en un futuro, en recompensa. Pero lo más importante es no desesperar nunca. Cuando las cosas están muy difíciles, lo más fácil es rendirse. Pero la verdad, en mi caso, gracias a Dios, nunca me rendí. Tuve la ilusión de seguir luchando y creer en mí. Pues mira, ha venido la recompensa y la situación es totalmente distinta.

Victorino y Emilio de Justo como fue El Cid, Ruiz Miguel… Pero no encasillado en ese tipo de corridas, que luego derivan a otras muchas más duras. Poquito a poco, desde hace ya un tiempo, estás entrando en buenos carteles y con otras ganaderías para demostrar que no solamente es entrega, sino que hay una pureza en tu concepto del toreo.

Prácticamente, ha sido la primera corrida de Victorino que he toreado. También de La Quinta, Adolfo…La mayoría de encaste Domecq y las sensaciones delante de esos toros han sido muy buenas. He podido tener tardes importantes de poder expresar mi concepto; mi forma de sentir el toreo. Tampoco es que lo cambien. Simplemente, trato de adaptar mi tauromaquia al toro que tengo delante, pero siempre partiendo de la base de mi toreo y tratando de ser fiel a mí mismo.

Y ahora toca Madrid, ¿no?

La ilusión por las nubes y de rematar muy bien.

En Madrid entraste hace tiempo.

Gracias a Dios he podido triunfar dos veces. Es una plaza que me ha dado todo, me ha dado mucho. Y ahora, con la ilusión de volver y de que la gente pueda verme en el momento tan bonito que me encuentro. Con ganas de rematar bien

Mentalizado ya, ¿no?

Ya toca estar metido.