EDITORIAL (PROGRAM LA DIVIS DEL 23 MARZO 2020)
PEDRO J. CÁCERES
En el buen sentido de la palabra bueno
Estábamos en fase de “autoanimación” par superar el COVID19 y este editorial del programa “LA DIVISA”, como cada lunes, era un canto a la esperanza, quizá, un deseo más que una realidad, y esta siempre supera a la ficción.
La realidad, es que a las 19.00 horas el “coronavirus” (dicen) se ha cobrado la primera víctima de la Tauromaquia: Borja Domecq (Jandilla).
Todas las muertes son de lamentar, pero la de Borja es de derrame de lágrimas resbalando por las mejillas y descabello en lo más profundo del corazón.
Su dimensión como señor ganadero, y ganadero señor queda refutado en los apartados biográficos, en la semblanza obituaria.
Pero como persona, no era de 10, era de 10 más IVA. Para todo el mundo. Y no es que en España enterremos muy bien, no es el caso, es la nuda verdad.
Y personalmente un mazazo en esa línea de flotación y miedo, sí miedo, que nos embarga desde que “el bichito” empezó a dar cornadas.
Era un amigo de los de verdad. Y cuando un amigo se va, algo (mejor dicho, mucho) se muere en el alma.
Un alma que no se serena, se altera y enfurece por no poder compartir, en persona, el dolor con sus deudos, su familia y allegados, por el puto “bicho”, sin una despedida, un entierro y un funeral.
Eso sí, el próximo 8 de marzo, todas a la calle, pero antes todos a la cárcel social del desprecio. Todos los irresponsables de esta ruina moral, que para seres queridos es mortal de necesidad.
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