Barralva da pocas opciones en La México

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Alejandro Escárcega


Abrió el último festejo novilleril 2019, Héctor Gutiérrez (azul rey y oro) con «San Pedro», número 546, cárdeno obscuro bragado y capacho con 453 kilogramos y nacencia en noviembre de 2015, al que bregó y llevó hacia el caballo con el percal. Sin brindar, viendo que no traía nada el de Barralva, muletazos de tanteo en el tercio y tres series con la diestra, sin poderlo tocar jamás por el pitón izquierdo, y con el acero dejó una estocada trasera para escuchar conventual silencio y pitos al novillo.


Con «Cubanoso», número 624, zaino y capacho bizco del derecho con 443 kilogramos y nacencia en junio de 2016, verónicas rematadas con una media. Nuevamente sin brindar, un muletazo rodando lastimosámente por la arena, otro de Barralva que no traía nada por lo cual Gutiérrez cortó por lo sano dejando una estocada y un par de descabelllos para escuchar palmas, y pitos al novillo como usted adivinó querido lector.


Juan Pedro Llaguno (albo y oro) con «San Eduardo», número 432, negro bragado lucero rabicano y cornidelantero con 449 kilogramos y nacencia en octubre de 2014, intentó brincar la barrera de salida, lo veroniqueó y lo remató en los medios; lo bregó hacia el caballo rematándolo con una larga, tumbando al varilarguero Ángel Juárez. Muleteó perdiendo el engaño y dos series de naturales de mejor manufactura, volvió a la diestra conectando con el tendido, pero desgraciadamente fatal con la toledana: estocada en los terrenos cambiados y una decena de descabellos con dos avisos entreverados que le envió el Juez de Plaza Don Enrique Braun y su Asesor Don Miguel Ángel Arroyo, para escuchar silencio al igual que el de Barralva en el arrastre.


El quinto fue «San José», número 558, cárdeno obscuro y capacho con 460 kilogramos y nacencia en julio de 2015, mandiles en la boca de riego, quitando por tafalleras. Le brindó al cónclave capitalino para muletearlo en los medios con una rodilla flexionada, y el de Barralva saliendo con la cabeza alta y desentiéndose del engaño, un trasteo tesonero de Llaguno, pero mal con el acero: tres pinchazos y un par de estocadas con dos avisos para saludar en el tercio y pitos al de Barralva.


Miguel Aguilar (nazareno y oro) con «San Pablo», número 612, negro bragado y cornidelantero con 428 kilogramos y nacencia en diciembre de 2015, verónicas rodando el novillo por lo cual poco ó nada pudo hacer con el percal. Christian Sánchez se desmonteró desde el callejón. Brindó al Cielo, para muletearlo por alto en el tercio y otros más a un burel soso y descastado que volvía contrario, finiquitándolo afortunadamente de una estocada hasta los gavilanes para saludar en el tercio y pitos al queretano.


Cerró el festejo y la Temporada 2019 con «Ni Tan San», número 600, cárdeno obscuro y cornife con 458 kilogramos y nacencia en enero de 2016, poco ó mejor dicho nada con el percal. Brindó a todos, para muletearle caminándole de las tablas al tercio y derechazos tapándole la cara al novillo, pero ni así pudo hacerle nada, finiquitando de una estocada para escuchar palmas y pitos al de Barralva.


Ficha. Monumental Plaza de Toros México. 12a. Novillada con floja entrada con clima frío y lluvioso. Novillos de Barralva, bien presentados pero sosos y descastados siendo pitados en el arrastre. Héctor Gutiérrez, silencio y palmas. Juan Pedro Llaguno, silencio con dos avisos y al tercio con dos avisos. Miguel Aguilar, al tercio y palmas.


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