De Miranda salva del tedio ganadero la cuarta de San Julián

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO


La cuarta de San Julián traía un festejo este 27 de agosto compuesto por los toros de García Jiménez –y uno de Peña de Francia- y, como terna, a Morante de la Puebla, Cayetano y David de Miranda.


Inválido el terciado primero de la tarde, un animal al que el palco se negó a devolver en rotundo a pesar de las constantes caídas del toro tras el tercio de varas y en banderillas. Morante dejó un suave inicio de faena, intentando mantener en pie al astado. No pudo ser. Mató en de estocada baja y hubo división.


También blandeando salió el tercero de la corrida, un animal que mostró su blandeza en varas y en banderillas, tercio en el que le echó mano a Víctor Cañas sin consecuencias aparentes. A pesar de los intentos por mantenerlo en pie de Cayetano, fue misión imposible ante un toro totalmente deslucido y blando. Mató de un sablazo al toro del que cayó sin puntilla. Silencio para el torero y pitos para el toro.


Retazos a la verónica le dejó David de Miranda al tercero, el único con el hierro de Peña de Francia de la corrida. Derribó al picador en la única vara que se llevó y ya manseó en banderillas. Puso empeño Miranda en hacerse con el animal en los medios por la mano derecha y detalles dejó por ese lado ante un animal cada vez a menos y más aplomado. A más fue el ímpetu del onubense, que intentó sujetar de su condición rajada. Manoletinas finales plenas de quietud, pinchazo, estocada en la puerta de toriles y ovación final.


Con largas y chicuelinas recibió José Antonio a otro terciado cuarto, un animal que tampoco prestó opciones alguna. Toro con el que solamente pudo dar una serie con gusto al natural enterrenos de sol pero sin ligazón. Pronto fue a por la espada, siendo finalmente silenciado tras el trance con el acero.


Otro toro de soso tranco de inicio fue el quinto, animal que brindó Rivera al público e inició faena de rodillas al hilo de tablas. Muy blando en su embestida el de García Jiménez, al que sólo pudo dejar compases despaciosos Cayetano porque la embestida lenta -por blanda- del astado así lo requería. Estocada en todo lo alto y oreja benévola para el torero.

Verónicas y tafalleras fue el recibo de David de Miranda al sexto de la corrida, que también perdió las manos al salir del caballo. Por saltilleras cambiando el viaje fue el quite del onubense, que se pasó a milímetros en la última de los lances antes del remate al de Matilla. Brindis al tendido e inicio por estatuarios. Por la mano derecha con plena quietud fue el inicio de la faena. Firmeza en la proposición, personalidad en el momento del embroque y quietud a la hora de aguantar para ligar fueron las virtudes que mostró un torero que, con la parsimonia de quien sabe esperar, como ha sido su trayectoria, como ha sido su temporada. Emocionante el final por ajustadas bernadinas, estocada al encuentro en todo lo alto de fulminante efecto y dos orejas al joven.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Cuenca. Cuarta de la feria de San Julián. Más de tres cuartos de entrada.

Toros de Hnos. García Jiménez y Peña de Francia (3º). Inválido el primero. Blandísimo el segundo. Huidizo y a menos el mansurrón tercero de Peña de Francia. Sin vida otro blando y deslucido cuarto. A menos la lenta embestida del quinto. De prontitud y buen embroque el sexto

Morante de la Puebla: División y silencio

Cayetano: Silencio y oreja

David de Miranda: Ovación y dos orejas 



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