López Simón, dos orejas en La Malagueta

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El Fandi, López Simón y Ginés Marín era la terna encargada de hacer el paseíllo en la tarde de este 15 de agosto en la plaza de toros de La Malagueta para la cuarta de su abono. Se lidiaban astados de Santiago Domecq.


Impresentable los pitones del abreplaza que curiosamente salió con el hierro de Toros de La Plata para mayor sorpresa de los presentes. Cierto, que estaba bien hecho en su morfología, pero con esos pitones escorchados como alcachofas no debió lidiarse pero nadie de La Malagueta protestó tan desastrosa presentación. Fandi recibió a su oponente con una larga cambiada en el tercio y posterior suavidad con el percal. ‘Alondro’ se dejó pegar en varas. Como es de costumbre David cuajó un variado y vistoso tercio con los palos, donde destacó su colocación y manejo de los terrenos. Por entonces, el de Trapote ofreció embestidas esperanzadoras con un son muy dulce a la vez que humillador. Brindis público. Fandila se tiró de rodillas para iniciar su labor con muletazos obligados y de largo viaje dónde respondió el primero con buena acometida. El toro lució muchas virtudes como la nobleza, fijeza y entrega entre otras, pero le faltó mucha gasolina. Lastima su falta de motor y transmisión puesto que su embestida no decía nada. El granadino abrevió pronto al ver que allí no había nada que hacer tras una primera tanda con suavidad en la pañosa. Silencio


El segundo se mostró abanto, al que López Simón recibió con decisión tras varias galopadas sin rumbo definido. Bien picado y bien dosificado. Marin soltó los nervios con un importante quite por chiquelinas que gustó mucho a la parroquia. Brindis público. A la postre, el de Barajas firmó una asentada labor ante un toro que se guardó mucho y protestó en todo momento. Fue muy paciente Alberto consintiendo los tornillazos de su oponente en la primera mitad de labor donde la capacidad de Simón quedó de manifiesto. Afianzó las zapatillas en el albero y se puso a torear como si su antagonista fuera bueno. Su técnica redujo una cuarta el poder del toro haciendo que su entrega fuera mayor pero sin embargo cuando supo que podía hacer presa alargó el cuello librándose de milagro. La siguiente vez no se escapó y lo levantó en vertical con el pitón perdido por debajo de los testículos. Pareció estar herido pero el madrileño siguió como si nada y le sacó un par de tandas más de elevada transmisión. Faena de torero nacho que remató de buena estocada. Oreja.


El jabonero tercero llamado ‘sosito’ estaba muy conformado. Un toro musculoso sin estridencias de kilos, más bien todo lo contrario con 493 kg en su esqueleto. Marín se expresó con prestancia y variedad en el capote forjando un saludo personal. Ginés tras el tercio de varas -se cuidó- le endosó un buen quite por chiquelinas en los medios. El jerezano que tiene el torero metido en la cabeza compuso con garbosidad unas primeras tandas a diestras de belleza plástica y buen trazo. Ginés Marín le cogió pronto el aire a la desclasada embestida de su oponente al acertó en distancias y alturas. No hubo obligación para estirar más el justo poder del jabonero y a medida que perdió fuelle el diestro acortó distancias y ofreció un toreo de cercanías y recursos. Bien Ginés ante el que abrió el lote que terminó como su nombre indicaba ‘Sosito’. Lo estoqueó por arriba, valiendo la suerte suprema por sí sola el apéndice solicitado aunque no concedido por el palco. Sonó un aviso al destronar el banderillero al toro.


‘Mirón’ se llamaba el cuarto. Un toro al que David lo acarició con el capote con varias verónicas de mucho compás. Que el granadino es muy completo es algo que todo el sabe, pero que maneja el capote como el mejor pocos reconocen. Fandila lo metió el caballo con dos galleos distintos, uno por chiquelinas al paso y otro, mientras le realizaba el quite dando muestras de su maestría lidiadora. Sensacional Fandi en todos los tercios con un toro que lució pies y transmisión. El cuarto metió bien la cara en los engaños y contribuyó a que el granadino le formara un lio en banderillas. Brindis público. Visto lo visto, el toro se lastimó en algún momento de la lidia puesto que en el último tercio no apoyaba bien el brazuelo izquierdo con constantes claudicaciones. Toro que tuvo chispa y colocaba bien la cara en cada embroque pero le duró poco a David. Fandi lo muleteó fiel a su estilo donde la entrega fue máxima en su profesional labor donde se vació por agradar. Ovación.

Hasta el último tercio no había pasado nada para el recuerdo salvo la buena brega de Yelco. López Simón se fue a los medios para ofrecer allí la sinceridad de su muleta. El marfileño siempre con la muleta adelantada se le ofrecía a su oponente con el alma para embarcarlo con honradez y transparencia en series muy cosidas. Alberto lo hipnotizó en los vuelos de su pañosa, donde afianzó sus series con ligazón y en carrusel. A izquierdas los naturales fueron compuestos y de muñeca suelta. Todo ante un toro manejable que al igual que su hermano anterior perdió las manos demasiadas veces. Estocada y oreja.

El sexto más que de Málaga era para la calle Estafeta. Todo de presencia norteña por su seriedad y arboladura al que Ginés Marín trató con cremosidad capotera. Torero que compone muy bien con la capa. El cierraplaza tuvo mal estilo en la muleta de Ginés Marín donde permanentemente protestaba tirando feos derrotes con la cara muy suelta. Ginés Marín de forma pausada y desprendido mucha seguridad lo muleteó con oficio y poniendo más de lo que astado merecía. Faena de profesionales sin que el respetable se haya enterado de la capacidad demostrada. Ovación.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Malagueta. Cuarta de abono. Corrida de toros. Casi media entrada.

Toros de Santiago Domecq.

El Fandi, silencio y ovación.

López Simón, oreja y oreja.

Ginés Marín, ovación y ovación. 

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