Alto precio de Ureña, herido grave, para cobrar oreja. Román cortó otra

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Alto precio de Ureña, herido grave, para cobrar oreja. Román cortó otra

ROMAN OREJA



Ureña tras una buena labora un buen toro, pero con poco eco, era toro de merienda, se entregó en la estocada hasta la cornada permaneciendo en el ruedo hasta conseguir la oreja. Román, ante otro toro bueno de El Puerto de San Lorenzo, también puntuó por frescura y desparpajo. Garrido sin suerte con su lote.


LA CRÓNICA DE PEDRO J. CÁCERES



Se paró enseguida el 1º del Puerto en la muleta de Ureña que, en los medios, para quitar querencias demostradas, planteó el trasteo. Le porfío por el izquierdo para aprovechar el corto viaje, noble, del animal y robarle media docena de naturales a media altura y aguantar cabezazos defensivos con firmeza. Estocada. El 4º hizo cosas buenas en los primeros tercios para que Ureña se echara de rodillas en el inicio muletero. Toro humillando y repitiendo en la muleta, bueno, permitió a Ureña ligar series limpias de buen trazo a las que faltó algo para llegar más a los tendidos teniendo en cuenta que era toro de merienda. Se entregó en la estocada para resultar corneado en la pierna derecha sangrando abundantemente. A partir de ahí, gritos de ¡torero, torero!, toro amorcillado, Ureña resiste en el ruedo, suena aviso, pañuelo blanco, oreja. Toro ovacionado al que Ureña, herido, hizo gestos de querer la cabeza.



Dos largas de rodillas en el tercio fue la declaración de intenciones de Román al recibir al 2º. Toro pronto en el caballo el valenciano respondió, en los medios, capote a la espalda, al quite de Garrido, por saltilleras con ajuste para ser ovacionado. Brindis al sol, nunca mejor dicho, y nuevamente de rodillas. Populismos aparte, labor de entrega y variada (vistosita) con pasajes estimables con la izquierda a toro bueno que se fue viniendo abajo por falta de fuerza. Buena ejecución en la estocada entera. Oreja. El 5º dijo nada durante toda su lidia, sirvió solo para que Román se justificara y no devolviera la oreja. Fácil con la espada



Garrido se hizo presente en el quite del toro anterior ejecutando chicuelinas con personalidad. Su primero no tuvo entrega desde salir por chiqueros. Manso y deslucido, siempre con la cara por las nubes, el toro, Garrido no tuvo más opción que intentar todo con dignidad. Estocada con habilidad y un par de descabellos. Por estatuarios, en el platillo, y con la montera en las zapatillas intentó saludar al 6º. Al final lo hizo en el tercio de rodillas ante la reserva del toro que noble y yendo y viniendo, pero sin transmitir, dejaba estar y poco más. Rajado el toro Garrido le robó los pases que pudo, de excelente temple y factura, para estar muy por encima. Se volcó en la estocada, y aún baja, se le agradeció al tiempo que sonaba un aviso.


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