Ponce, tras la oreja del cuarto, señaló a los micrófonos de Canal Toros que “no era fácil el toro. A veces venía despacio y otras salía descolocado. Creo que le he puesto. Cuando el toro la cogía, lo hacía despacito. Le he visto cierto temple en la embestida. El toro salía muy mal andado, tropezaba y andaba muy feo. En la embestida, veía que si el toro aguantaba tenía cierto templecito. Había que llevarlo muy templadito. Había que imprimirle mucho, ponerle alma en cada muletazo y en cada momento. Ponerle eso que le faltaba al toro”.
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