Y el balance artístico pudo ser mayor. Fuera a parte del mal manejo de aceros y toros flojos, parados y deslucidos muchas faenas que proyectaban se abortaban al poco de iniciarse por la ignorancia, la xenofobia o el despecho de una llamada afición de Madrid que condiciona.

Una gran Feria de Otoño se impone a la ignorancia, la xenofobia y el despecho

|

EDITORIAL / PROGRAMA "LA DIVISA" DEL 02 DE OCTUBRE DE 2017

PEDRO J. CÁCERES

Una gran Feria de Otoño se impone a la ignorancia, la xenofobia y el despecho


Una gran feria. Dicho sin complejos porque ante datos no hay argumentos: 85.000 espectadores en los 5 festejos feriales de los cuales uno era opcional y una novillada de obligado cumplimiento.

Todo ello superando inconvenientes como la baja de Antonio Ferrera, que no sólo era la base y el reclamo de la feria sino que suponía el derecho a devolución de billetes en dos festejos.



La Puerta Grande de Perera, las orejas de Román y Ureña más la vuelta al ruedo de Joselito Adame. Y un juego interesante en muchos toros desde el punto de vista ganadero con tan sólo un toro devuelto.

También. con el hándicap, respecto de los toros, de estar a final de temporada y el toro de Madrid está muy definido.



Y el balance artístico pudo ser mayor. Fuera a parte del mal manejo de aceros y toros flojos, parados y deslucidos muchas faenas que proyectaban se abortaban al poco de iniciarse por la ignorancia, la xenofobia o el despecho de una llamada afición de Madrid que condiciona.



La ignorancia crónica instalada en el supuesto “sitio” en que debe quedarse un torero y además pedirle que ligue muletazos.



La xenofobia persecutoria absurda contra algunos toreros que, aunque muy españoles de pacencia (del verbo pacer), no nacieron en España.

Todo empezó en el aperitivo de los desafíos con el maltrato, ya habitual, a Luis Bolívar.

Luego no se enteraron lo lento y por abajo que toreó Joselito Adame, quizá provocando que como en mayo tuviera que entrar a matar sin muleta para que le echaran cuentas.

A Luis D. Adame no se le supuso el valor. Tanto de ser confirmante como de haber pagado con su sangre su paso de novillero.

A Castella no le concedieron ni el beneficio de la duda, como si fuera una venganza, en vez de agradecimiento, por dejarse anunciar en su condición de uno de los mayores triunfadores en Las ventas en los últimos años.

Y ayer, Juan Bautista, extraordinario de oficio, técnica y limpieza ante un lote arisco de Adolfo, sufrió el mismo ninguneo que en tardes anteriores.



Y el despecho cuando a “uno de los suyos” ( o así se lo creen) le imponen la dictadura de sus teoremas errados en cuanto por exigencias de las condiciones del animal tiene que desarrollar una tauromaquia que se salga de su guion (el de ellos) preconcebido.

Ya les ha pasado a muchos toreros, el último el llorado Fandiño, y ayer, me da, empezaron a pasar factura a Ureña por ir “para rico” como torero; y a ellos les gusta un “pobre” más que a un tonto una tiza.



Un año más, esta mala afición, caprichosa, xenófoba e indigente en tauromaquia ha vuelto a dar la razón a las figuras que obvian acartelarse en la Feria de Otoño.



Por ello esta edición del 2017 cobra mayor importancia a la hora de hacer su balance y su calificación: una gran feria.



1 Comentarios

1

Totalmente de acuerdo. No entendí que le pitaran por jugarse la vida para robarle a los toros 4° y 6° algunos muletazos magníficos y lo mas triste es que la mayoría no fue capaz de verlos

escrito por Miguel 03/oct/17    22:28

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.