A oreja por coleta en la tercera de Logroño

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EMILIO MÉNDEZ


Otro cartel fuerte llegaba, en la tarde de este miércoles, a la Feria de San Mateo de Logroño en el que hacían el paseíllo Enrique Ponce, José Garrido –en sustitución del herido Antonio Ferrera- y Luis David Adame. Se lidiaba en La Ribera un encierro con el hierro de Juan Pedro Domecq.


El primero fue un toro de Juan Pedro soso, con nobleza pero al que le faltó transmisión. Dejó capotazos de tanteo Ponce y algunas verónicas de inicio. El toro apenas cumplió en el caballo. De menos a más fue el trasteo, entendiendo y llevando a los terrenos correctos al astado cuajándole tandas buenas al natural. No terminó de romper el trasteo, dejando un espadazo en buen sitio, requiriendo de golpe de descabello para escuchar palmas. Antes, vistoso fue el quite de Garrido.


José Garrido cortó la primera oreja de la tarde a un toro muy bueno de Juan Pedro, con nobleza y calidad al que saludó a la verónica rematando de forma torera. El astado empujó muy bien en el caballo, quitando Luis David por ajustadas caleserinas. Brindó al respetable su labor, con matices buenos por ambas manos siempre por abajo. Culminó por bernadinas sin el ayudado y con el palillo por delante, antes de cortar la primera oreja de la tarde.


Luis David Adame paseó una oreja de peso del tercero, un toro de Juan Pedro Domecq con cierta nobleza pero al que le faltaban muchas virtudes como la fuerza y el recorrido. Ya se hincó de verdad a la verónica para dejar pleno gusto en su recibo, sin que cumpliese el animal en el caballo. De forma torera con un galleo le anduvo al astado para quitarlo del jaco, quitando por tafalleras y contestando Ponce a la verónica. Al respetable fue el brindis, además de levantar la montera al cielo por la tragedia mexicana. De hinojos comenzó su labor ante un “juampedro” que se quedaba corto y no terminaba su recorrido. Fue trasteo de disposición, de plena entrega por parte del azteca, que culminó con bernadinas sin ayuda para dejar una gran estocada de perfecta colocación. Incluso en el momento de enterrar el acero, el toro echó la cara arriba en un instante de peligro finalmente sin percance. Oreja de peso.


El cuarto de la tarde fue otro toro con mucha calidad y nobleza al que Ponce saludó por verónicas de rodillas muy toreras, rematando con una media de solera. El toro empujó en el peto, para que llegase un quite por chiuelinas de Garrido. Ponce brindó al público para comenzar una obra de arte, dando distancias al animal al igual que las alturas. Había que mimarlo para aprovecharle las cualidades que tenía. El punto de transmisión, lo puso el valenciano, matando de estocada caída perdiendo así la posibilidad de cortar dos orejas. Faena importante premiada con un apéndice.

El quinto fue un toro sin fuerza, sin recorrido, que apenas cumplió en el caballo. Garrido intentó sostenerlo, quitando Luis David Adame por chicuelinas. Garrido lo intentó muleta en mano, pero el toro no le dio opciones, llegando a desesperar el trasteo porque el público quería ver más acción. Muletazos sin eco por la condición del animal. Metió la espada y tardó en caer el toro, debiendo usar el descabello quedando todo en silencio.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Ribera, Logroño. Tercera de la Feria de San Mateo. Corrida de toros.

Seis toros de Juan Pedro Domecq.

Enrique Ponce, palmas y oreja.

José Garrido, oreja y silencio.

Luis David Adame, oreja y 

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