La frescura de Marín toca pelo en Albacete

LUIS MIGUEL BLÁZQUEZ / FOTOS: MARÍA VAZQUEZ

La penúltima de la Feria de Los Llanos en la que se conmemoraba el centenario del coso manchego planteaba, en la tarde de este sábado, una corrida de toros con acento joven en la que hacían el paseíllo Juan del Álamo, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín. Se lidiaba un encierro con el hierro de Alcurrucén para la ocasión.

El primer toro de Alcurrucén no se lo puso fácil a Juan del Álamo, haciéndole frente el salmantino en una labor en la que resultó prendido asustando al tendido. Cayó inconsciente al ruedo manchego siendo rápidamente conducido a la enfermería, donde aparentemente, y en un primer momento, no se le apreció cornada. Lorenzo mató al animal. Tras salir de la enfermería, y ya en el cuarto, Del Álamo dejó una meritoria faena al astado de los hermanos Lozano. Por ambos lados se lo pasó cerca y logró conectar con la afición albaceteña para ser ovacionado.

Frente al segundo de la corrida, Álvaro Lorenzo resultó ovacionado al esfuerzo. Fue un toro manso, que prefirió quedarse en el olivo y en ese terreno debió plantearle el trasteo el toledano, sonsacándole compases gustosos por ambos lados pero sin terminar de llegar arriba con rotundidad. Falló con la espada y fue ovacionado. Una vuelta al ruedo a su tesón dio en el quinto, toro manso de libro.

Ginés Marín y su buen gusto pasearon una oreja del tercero de la tarde, un toro al que le planteó una lidia y una faena cuasi perfecta en estructura. Los detalles toreros de los finales de cada tanda enamoraron al tendido, que pidió con fuerza el apéndice tras la estocada en lo alto que tumbó al de Alcurrucén, paseándola entre el cariño del tendido. No logró obtener otro trofeo Ginés frente a un desagradecido sexto bis, tras salir descoordinado el toro titular.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Albacete. Novena de abono. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.

Toros de Alcurrucén, el sexto como sobrero.

Juan del Álamo, herido y ovación.

Álvaro Lorenzo, ovación y vuelta.

Ginés Marín, oreja y ovación.