Ventura y El Juli se llevan los premios en una tarde entretenida en Albacete

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LUIS MIGUEL BLÁZQUEZ / FOTOGALERÍA: MARÍA VÁZQUEZ


Andrés Roca Rey sustituía esta tarde de Viernes de Feria en la plaza de toros de Albacete a Morante de la Puebla en un festejo en el que le acompañaban dos figuras como Diego Ventura a caballo y El Juli a pie. Se lidiaba un serio encierro de Vellosino para lidia a pie y de Cortés de Moura para rejoneo.


Dos rejones de castigo le dejó Diego Ventura al abreplaza a lomos de Bronce, pero fue con Sueño, su caballo estrella, con el que formó un alboroto en las dos vueltas al ruedo en las que llevó cosido al estribo al toro, cambiándole dos veces el tranco por terrenos de tablas. Resultaron brillantes los dos quiebros con Nazarí y hasta el carrusel de cortas que firmó con Remate, pero el pinchazo y el rejonazo trasero y caído dejaron sin premio la labor del sevillano.


El primero de lidia a pie, ya de Vellosino, no tuvo transmisión alguna. Desentendido de los muletazos y rebrincado, con la cara alta y sin clase, lo suyo fue siempre una batalla contra las telas de Juli. Con media estocada y un golpe de cruceta se quitó de en medio el madrileño los seis quintales y medio del manso. Palmas.

Al tercero lo recibió a la verónica Roca Rey jugando bien los brazos y encajado en la cintura. Pero fue solo un espejismo, porque con la muleta se limitó a pasar el animal, que careció de toda transmisión y alegría para que calase el trasteo en el tendido. Mal con la espada, además, el peruano, escuchó silencio.


Al cuarto lo cuajó sin paliativos Verntura con Nazarí, que toreó de costado, quebró con máxima precisión y puso a bullir la plaza para que Fino rematase la faena cosiendo a la barriga la embestida del animal en vueltas interminables al albero templando la arrancada mantenida. Dólar protagonizó el par a dos manos clavando sin cabezal. Las tres cortas de Remate precedieron a un rejonzao trasero y caído que precisó de verduguillo y dejó el premio en una oreja.

Un quite por chicuelinas de enterrada planta fue lo que dejó Julián López con el percal en el quinto, con el que salió con el objetivo claro de abrir la puerta grande. Toro de construir mucho, supo pegarle el muñecazo final con la zurda para eliminarle el vicio de soltar la cara, pero fue a diestras, el pitón del toro, como llegó la comunión con el tendido. Sin embargo, duró muy poco, fue escasa su transmisión y el arrimón final no sirvió más que para cortar una oreja.


El sexto fue el paradigma del toro manso que huye y se desentiende de cualquier tipo de lid. No tuvo opciones Roca Rey con el animal, con el que incluso el tendido le pidió brevedad. Silencio.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Albacete. Octava de la Feria de Los Llanos. Corrida de toros mixta. Casi lleno.

Dos toros de Cortés de Moura para rejones y cuatro de Vellosino para lidia a pie.

El rejoneador Diego Ventura, ovación y oreja.

El Juli, palmas y oreja.

Andrés Roca Rey, silencio y silencio.

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