Emotivo homenaje a Fandiño en su Guadalajara

‘¡No quiero irme nunca…! Me quedaré en el recuerdo; en la mente, en el alma…, donde nunca muero…’. Como si alzara un profundo grito inmortal, desde el mismo corazón de la Puerta Grande del Coso de Las Cruces, la figura de Iván Fandiño ya se eleva en bronce y estará más presente que nunca en la que siempre fue su plaza. Desde la eternidad, con esa placa, y con su nombre torero bautizando la Puerta Grande, la ciudad de Guadalajara rindió honores ayer al malogrado diestro de Orduña, que guardaba en su esportón veintidós orejas y seis Puertas Grandes en la plaza de toros de la capital alcarreña.