Fortes da la cara con seriedad en su encerrona

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PABLO LÓPEZ RIOBO


Tenía ante sí Fortes una tarde de un enorme compromiso con su ciudad, un día con el que llevaba soñando mucho tiempo. El malagueño hace tiempo atrás que dejo los fantasmas que le habían golpeado pero nunca habían conseguido noquearle. Su sueño era regalarse a su plaza otra faena como aquella que plasmó el pasado año por estas fechas. Su tarde de hoy fue un compendio de temple, valor y cabeza. Aprovechó los dos toros buenos de la corrida y estuvo por encima de lis restantes. Esa faena que tenía en la cabeza pudo sacarla a relucir ante un Victorino que dejo que Fortes sacara de lo más profundo de su corazón ese toreo vertical, a veces 'amanoletado' para hacer crujir a su plaza, desmadejarse y soñar el toreo eterno. Pero volvió a aparecer ese fantasma, no el de la cornada, que también, sino el de una presidenta que volvió a cerrarle la puerta grande de su plaza como lo hiciera en 2016. Una presidenta que no tuvo la sensibilidad para paladear una obra de puerta grande. Volvió a truncarse ese sueño, ese que se había ganado con sangre y con verdad en el ruedo ante un victorino con embestidas dulces y humilladoras. No fue justo verlo irse andando, no se mereció la tarde un final así. Pero Fortes pese a estar 'jodido' y acabar derramando su sangre debe estar orgulloso de lo realizado. Los fantasmas aparecen, pero solo los hombres de verdad son capaces de espantarlos y conseguir olvidarlos.


Tras recibir el capote de paseo de manos del alcalde de la ciudad, ganado a ley el pasado año se fue a chiqueros para recibir al primero. Le pasó cerquísima el de Virgen María al pasaportarlo con una larga de gran ceñimiento. Sin celo acudido al capote, entrando con fuerza al peto. Brindó Fortes a La Malagueta una faena desigual pero con pasajes muy templados. Al natural dejó dos tandas limpias, pulcras y ligadas ante un toro noble pero sosito y bajo de raza. La tomó humillada el animal y Fortes dejó volar la pañosa llevándose al animal siempre detrás de la cadera. A diestras pudo dejar pasajes estimables en la segunda mitad del trasteo, los derechazos tuvieron la premisa de la firmeza de plantas y el encaje. Tras una gran estocada se le pidió la oreja, no concedida por la presidencia. Vuelta al ruedo fue su balance final.

Tuvo temple de salida el segundo de La Palmosilla, un toro bajo y de hechuras para embestir, pero justito de fuerzas, al que llevó garbosamente galleando por chicuelinas Fortes al peto. Pulcra y suave fue la lidia de Miguel Ángel Sanchez e importantes fueron los dos pares de un torerísimo Iván García. El cual tuvo que saludar montera en mano. En el tercio y de rodillas le enjaretó una gran serie por naturales. Templados y limpios fueron los muletazos ante un animal que se iba tras los vuelos. Humillo mucho el de La Pamosilla, le dio pausas, anduvo en torero, todo lo hizo despacio para posteriormente dejar otras dos series de naturales de toreo encajado y muleta baja. Siempre le dio los frentes al toro, enroscándoselo en la cintura, dejando patente su sello. La pena fue que la raza del animal no durara más, Con el toro a menos dejó pasajes a diestras sueltos pero bellos. Pinturería tuvieron los remates por abajo de final de faena. Una obra de concepto refinado, figura vertical y un trazo sutil. Dejó una media estocada arriba, el toro tardó en caer y la petición de oreja no fue atendida por la presidencia.


Salió por chiqueros un animal de casi seis años de Victoriano del Río. El cual nunca fue entregado, ni al capote del malagueño, ni al caballo. Le abrió los caminos y le corrigió defectos Candido Ruíz con la capa, pero sin embargo llegó a la muleta embistiendo con todo, sin clase y con mal estilo. Le avisó al torero hasta tres veces por el lado izquierdo, haciendo caso omiso y trangando una enormidad. No se alivió Fortes aún sabiendo lo que tenía delante. El de Victoriano no cantaba al tendido las complicaciones que si tenía en el ruedo, esa movilidad carente de entrega que tantas veces confunde, pero que hace pasar un mal rato al que se pone delante. Porfió Fortes en series que no pudieron tener lucimiento ante un animal de tan agrio comportamiento. Dejó media estocada en muy buen sitio fue ovacionado desde el tercio.


Se dejó torear de capa el Victorino que hizo cuarto, un toro que se desplazó con nobleza y con el que Fortes pudo dejar tres buenas verónicas y una torera media de cierre. Se fue ovacionado Félix Majada ante un toro que acudió franco al caballo. Torero y templado fue el inicio rodilla genuflexa de un Fortes que llevó con compás al de Victorino. Las tandas con la derecha tuvieron una gran profundidad ante un animal que la tomaba al ralentí. Se encajo a derechas en muletazos soberbios, de fino y sutil trazo. Soltó muñecas, se rompió en naturales que parecían no tener fin. Se durmió en pasajes de una gran torería, despaciosidad y gran estética. El Victorino era un bombón, embistiendo con una franqueza y una gran humillación. Se crujió en una faena de ensueño por ambos pitones, bordó el torero en pasajes de una lentitud soberbia. Málaga se entregó, estaba volviendo a saborear el toreo de su paisano. Abandonado, desmadejado, roto... se olvidó del cuerpo, de quien tenía delante y de donde estaba, se sentía desnudo, solo quería acariciar la embestida y pasárselo por la barriga.


Su final a pies juntos recordó a Manolete, dejó volar sus muñecas en naturales largos y pausados. Se rompió Fortes, entregó su alma a su plaza ante un toro importante y de enorme clase. Se tiró a matar sin aliviarse. Cayó el toro, la plaza pidió unánimemente las dos orejas, pero la presidenta hizo oidos sordos y como el pasado año le birló de forma flagrante las dos orejas. Fortes paseó las dos orejas y se marchó sin aspavientos camino de la enfermería.

El quinto de la tarde fue un animal de José Vázquez, suelto, sin celo y huidizo de salida. No quiso pelea con el caballo, llegando áspero y sin clase a la muleta. Fortes trató al animal como si fuera bueno, siempre dándole el pecho, toreando a su altura, buscándole las vueltas a un animal geniudo, que embestía con los pechos. Labor sincera, de firmeza y bragueta ante un ejemplar que acabó rajado. Porfió el malagueño por ambos pitones sacando agua de un pozo vacío. Finalizó su actuación pegado a tablas demostrando quién mandaba de los dos. Sacó incluso derechazos sueltos de un gran mérito en una labor que no pudo tener la rotundidad de las anteriores. Tras dos pinchazos y una estocada sonó un aviso, siendo finalmente ovacionado desde el tercio.


Se partió el pitón izquierdo tras ser picado el sexto de Jandilla, saliendo en su lugar un serio sobrero de El Ventorrillo, el cual ya marcó desde su salida su justeza de raza. Un toro que salio suelto y desentendido. Brindó la faena a su apoderado, para comenzar la misma sentado en una silla de enea. Dejó dos muletazos por alto, seguidos de una tanda a derechas de gran temple. Continuó a derechas con muletazos encajados, de figura vertical. Mostró relajo, hondura y cadencia en muletazos rítmicos y a compás ante un toro que salia con la cara a su aire, sin emplearse. Con el toro ya aplomado y queriendo irse le robó naturales de uno en uno, los cuales tuvieron el sello del toreo de fino trazo. La estocada fue a matar o morir, dejando el estoque arriba. Oreja en para cerrar una solvente y templada actuación, dentro de tarde de interesante contenido.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Málaga. Quinta de abono. Menos de media plaza.

Toros de Virgen María ( Manejable y de raza medida), La Palmosilla (De gran clase y humillación, duró poco), Victoriano del Río (De movilidad díscola y geniuda), Victorino Martín (Humillador, franco y enclasado), José Vázquez (Manso) y un sobrero de El Ventorrillo (Desrazado y sin clase)

Fortes (Malva y oro): Vuelta al ruedo, vuelta tras petición, saludo tras aviso, oreja tras petición de la segunda y aviso, saludos tras aviso y oreja


PARTE MÉDICO
Herida inciso contusa en tercio distal de cara anterior del muslo izquierdo con un trayecto ascendente de 15 centímetros que interesa a tejido celular subcutáneo y otros 15 centímetros entre las fibras del recto anterior y vasto externo del cuádriceps en su extremo superior. Pronóstico: Menos grave. Firmado: Dr. Horacio Oliva Muñoz.

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