Padilla, oreja en Málaga; el toreo de Ferrera, sin premio

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PABLO LÓPEZ RIOBO


El paso de los años hace que aflore ese concepto que uno lleva puliendo desde que soñaba ser torero, ese que hoy desplegó un Ferrera que se olvidó de los elementos que había en su contra para sacar su toreo genial. Ese corazón que también le abrió Padillla a la Malagueta en una faena sincera y por el camino de la entrega total. Fueron los protagonistas de una tarde que dejó frustrado a un Fandi todo pundonor. Cruzar la raya, pasar el umbral del miedo, someter sin ser sometido. Hoy en Málaga un torero llamado Antonio Ferrera volvió a dar un aldabonazo, sacó la bandera del toreo puro para robarle una quincena de pases a dos toros de El Pilar de ingrato y correoso comportamiento. Sin cortar orejas dejó su sello, su poso y ese aroma a toreo grande que ya han paladeado plazas como Sevilla, Madrid, Pamplona, el Puerto o Pontevedra. Pero hoy Málaga pareció estar en otra cosa y no supo paladear ese sabor que deja el toreo eterno, ese que brota de las yemas de un torero curtido a base de cornadas y de un concepto en el que prima la despaciosidad. A la postre Padilla fue el triunfador de la tarde por una obra medida y con fases de toreo templado, ese que dejó a diestras con un colorao de El Pilar franco y de galope enclasado. El Fandi solo pudo mostrarse afanoso y dispuesto con dos toros insulsos.


Tuvo suavidad en sus embestidas un primero de El Pilar el cual acudió franco a las dos varas de un Antonio Núñez ovacionado por su seria y efectiva labor. Compartieron tercio los tres actuantes en una labor en que los tres dejaron claro su sello. El de El Pilar llegó muy apagado al tercio de muleta, en la que el jerezano realizó un trasteo largo, el cual tuvo más calor del público en su segunda mitad del mismo. En las cercanías calentó al público en una labor que no acabó de romper. Ovacionado desde el tercio resultó Padilla, palmas para el animal en el arrastre. Un toro que tuvo virtudes pero acusó las dos varas en demasía.


Lo ve claro Antonio Ferrera, un torero que pasa por un momento de madurez y seguridad aplastante. Ante un toro de El Pilar con 'guasita' le planteó una faena sin fisuras. Antes con la capa le soltó dos verónicas de fino trazo. Todo lo que hizo fue de mentira, su pelea el caballo fue geniuda. Esperó una enormidad en banderillas llegando a la muleta gazapón y orientado a derechas. Por el izquierdo cinceló naturales de cartel, de exquisito metraje. Siempre en torero, todo despacioso y medido, una obra para aficionados. Por el derecho pesó mucho el toro, un animal falto de entrega y sin ir metido en la maleta. Faena de valor seco, temple y mesura, una obra que no rubricó con el acero. Saludó desde el tercio.


Tuvo Fandi al animal más en El Pilar de lo que llevábamos de tarde. Un toro que ya de salida demostró que no iba a estar sobrado de poder. Se le cuidó en el caballo, quitó por Navarras Fandi y se volvió a compartir tercio de banderillas. Llegó el animal a la muleta con alegría, pero sin embargo metiéndose por el pitón derecho y sin querer ir hasta el final por el izquierdo. Porfió el granadino en una labor que no tuvo mayor fondo. No rompió el animal en un trasteo sin mayor eco en los tendidos. Se echó el animal hasta en tres ocasiones. Tras pasaportar saludó Fandi desde el tercio.

Salió por chiqueros un cuarto toro llamado Sombrereto, animal muy en tipo de la casa el cual demostró una endeblez manifiesta por lo que se pidió su devolución. Acertó el presidente a dejarlo en el ruedo ya que en la muleta sacó el fondo que tiene esta ganadería. La faena de Padilla tuvo tres partes, una primera sentado en el estribo y rodilla en tierra, una segunda en la que hubo muletazos templados y con regusto, en la que pudo expresarse el jerezano. Hubo un cambio de mano al ralentí. Y por última una tercera parte en la que sacó a relucir ese concepto tan personal en las cercanías. Se metió a Málaga en el bolsillo por una faena muy para él. Tras la estocada le fue concedida una oreja. Ovación justa para un toro con grandes virtudes como fueron la clase y la templanza. Este si hizo honor a su hierro.


Sin toro, sin embestidas, sin ninguna facilidad se las vio Ferrera con el tren que hizo quinto, un zambombo de más de 600 kilos que solo valió para el señor de la carne. Pero Ferrera está en sazón, ve embestidas donde no las hay y como si se tratase de hipnosis le robó dos verónicas de cartel, el de El Pilar ni se coscó. En banderillas se la jugó de verdad Montoliú en dos pares de enorme riesgo. Apostó Ferrera por el toro, le dio pausas, le perdió pasos y le regaló a una Malagueta ausente muletazos de categoría. Hundió sus zapatillas en el albero, le dio todas las ventajas, jugó con las querencias y las inercias del animal para robarle un manojo de derechazos sublimes. Se volcó en el animal, dando el pecho, todo puro, todo de verdad. Una faena que pasó de puntillas para la plaza, muchos no se dieron cuenta de lo que había conseguido Ferrera a base de cabeza y mucha bragueta. Se atascó con el verduguillo sonó un aviso y fue silenciado.


En sexto lugar salió un toro vulgar de comportamiento y lavadito de cara pese a su seriedad. Toro que acometió en los primero tercios sin fijarse, corretón y sin celo. En la maleta el grandino puso disposición ante la anodina embestida del animal. Hubo templanza derechas pero la faena nunca acabó de tomar vuelo. Porfió Fandi en un trasteo pulcro a derechas. Tras la estocada saludó desde el tercio.

FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de La Malagueta. Segunda de feria. Corrida de toros.

Toros de El Pilar, dispares de hechuras, descastados, salvo el noble primero y el interesante cuarto.


Juan José Padilla (Teja y oro): Ovación con saludos y oreja
Antonio Ferrera (Esmeralda y oro): Ovación con saludos y silencio tras aviso
David Fandila 'El Fandi' (Marino y oro): Ovación con saludos en ambos

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