Fandi y Manzanares a lo grande en Roquetas

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EMILIO TRIGO


La segunda de la Feria de Santa Ana de Roquetas de Mar presentaba, en la tarde de este sábado, una corrida de toros con el hierro de El Pilar. El Fandi, José María Manzanares y Ginés Marín hacían el paseíllo en el coso almeriense.

David Fandila 'El Fandi' recibió el primero de la tarde con una larga cambiada y un suavísimo lancear con el capote. Temple del granadino con el envés del percal tras abrírselo como un melón. El primero propició un saludo largo y variado por su buena embestida y repetición. Una vara cumplidora y cambio de tercio, donde El Fandi es un "Rey de los Palos”. Fandila cuajó un enorme tercio en todos los terrenos y para todos los gustos. Brindó al respetable lo que a la postre fue una faena al más estilo Fandila. Buen trazo, ligazón, exigencias y entrega total. David se vació desde el primer instante con un inicio de rodillas donde tiró en línea para alargar la enclasada embestida del abreplaza. Posteriormente en los medios cogió ambos pitones donde enjaretó series muy conjuntadas y aplaudidas. Todo ante un buen toro del Pilar, noble, entregado y encastado. Estocada al encuentro, descabello y aviso precedieron a la importante oreja. Otra vez David, se hincó de rodillas para soplarle una larga cambiada en el tercio al cuarto. Una vez en pie, el del Pilar se acordó de sus genes del "Raboso" y acometió en circular, lo que aprovechó Fandila para hacer del saludo un carrusel a la verónica. Crudo se quedó el estrechito de sienes para que Fandi le diera fiesta en banderillas hasta con cuatro pares.Brindó al respetable. El granadino cuajó una actuación que fue todo un compendio de su particular personalidad. Un incesante torear por ambos pitones con variedad, recursos y muchísima entrega. Esa fortaleza que consigue enloquecer a la parroquia, a pesar, de tener un animal 'rajadito', pero con calidad pastueña al que la gente después del faenón incluso solicitaron no matarlo. Cierto que no fue a mayores la petición, pero desde luego fue fruto de la noble y fija embestida de El Pilar y de la duración del trasteo de Fandi. Fiesta en el ruedo con un torero incombustible y pasión en los tendidos. Casi entera y descabello. Dos orejas tras aviso.


No hubo lucimiento con el capote por parte del alicantino. El segundo salió sin demasiada codicia en los engaños e iba a su aire. Otro que cumple en el caballo y que se espabila en banderillas aunque no sobrado de fuerzas. Destacó la brega de Rafael Rosa. Josemari consintió y sobó de inicio para abrir los caminos. Todo con una dulzura singular e impregnado su particular estética. Manzanares entendió que había que citar con distancias en los primeros de cada plástica serie y los siguientes enroscados con la franela sin quitarla del hocico. Así engarzó gran parte de su trasteo por el pitón derecho. Se la ponía en la cara para traerlo cosido y embebido en series largas de seis y siete derechazos. Limpieza y ritmo en la derecha. Por el izquierdo, miraba y empujaba para dentro sin terminar de humillar aunque con obediencia en el sutil toque. Faena de madurez ante uno manejable pero con cositas. Pinchó al tirar un derrite el toro al pecho, media y estocada rubricaron su notable labor. Ovación. El quinto embistió frenándose en el capote de Josemari. Quería ir pero se lo pensaba en el corto viaje, por ello, Manzanares durmió el lance pero sin darle profundidad. La lidia resultó anodina sin mucha historia pero todo cambió en el último tercio. Incluido el propio astado que hacía ademanes con la vista. Este contratiempo era por la luz artificial. El de Alicante poco a poco fue embaucando la embestida del antagonista hasta hacerse con ella. Le tapó la salida sin dejar pensar lo más mínimo a su oponente para construir series de especial templanza y verticalidad. Un toreo exquisito el que desempeñó Manzanaresy que resultó, con variantes en técnica, citando de arriba a abajo y de delante hacia atrás. Utilizó los cánones de la tauromaquia para forjar una esbelta y preciosa faena. Los de pecho eran como un almanaque de largo y los cambios de manos como un saludo personal. Pase por favor, le invito por aquí. Majestuosas muñecas al servicio del toreo. Pinchazo y espadazo hasta la gamuza sin puntilla. Dos orejas.


A su aire, suelto y sin fijeza el tercero. Marín trató con más efectividad que lucimiento de fijarlo en el capote. El extremo a base de toques y de abrirle el recorrido lo amarró en el trapo rosa. ApostóGinés por castigar poco y lo dejó fuertecito para el último tercio. Recortó el "pilarico' en banderillas no con buenas intenciones. El tercero tenía muchas teclas que tocar por su dubitativa y corta embestida. Toro mirón y desconcertrante a veces, de esos que son incómodos que no te dejan estar tranquilo nunca. A pesar de esas cosas Marín estuvo impávido en quietud y con firme planteamiento. Ginés además de poder le corrió la mano con gusto con el pitón derecho e incluso en algunos cobrados por el izquierdo. En conjunto faena de oficio y para profesionales. La espada no quiso entrar. Silencio. Muy deslucido resultó el cierraplaza en los primeros tercios. No dejó expresarse a Maríncon el capote y trajo en jaque a la cuadrilla en banderillas. Se hizo el dueño del espacio el último. Recortó el viaje con mucha guasa en el encuentro con los palos. Ginés Marín fue a por todas en el sexto y comenzó de rodillas, ofreciendo el pecho y circulando a diestras. Del tercio a los medios donde planteó una faena a base de firmeza y capacidad para limar todas las complicaciones de su antagonista. Ginés no sólo tiró de oficio y también dejó ver su gran muñeca izquierda. Exigentes sus naturales de uno en uno y dándole la pausa a su quehacer que solicitaba el momento. Toreó con riñones encajados y muy para él en ese pasaje. Fue un excelente muletear del joven extremeño que consiguió domeñar la aspereza de su astado y reducirlo hasta decir basta. A partir de ahí, se sintió podido y no quiso pasar más protestando con mal estilo cada vez que embestía. Fue entonces cuando Ginés se puso en un sitio donde los toros te meten en el hule y donde los billetes llegan por espuertas. Para eso hay que tener mucho valor y Ginés Marín lo tiene, para hacer varios toreros juntos. Se jugó el tipo con autenticidad y exprimió todo lo poco que le quedaba al de El Pilar. Demostración de ambición y poderío ante la complicada situación con gran madurez a pesar de su cortó bagaje. Faena grande por la dimensión alcanzada. Pinchazo, estocada y descabello. Oreja de mucho peso.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Roquetas de Mar, Almería. Segunda de feria. Corrida de toros.

Entrada: "Lleno de no hay billetes”

Seis toros de El Pilar. Con clase y encastado el buen primero; repetidor y entregado el segundo; incómodo y mirón el tercero; rajadito pero de pastueña embestida el cuarto; con calidad y embestida lenta el quinto; áspero pero obediente el sexto.

David Fandila ‘El Fandi’; Oreja y dos orejas tras aviso.

José María Manzanares; Ovación y dos orejas.

Ginés Marín; Silencio y oreja.

Cuadrillas: Lidió con pulcritud y templanza Rafael Rosa al segundo de la tarde.

Incidencias: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Iván Fandiño.

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