Garrido: “Ganaría la Fiesta si todo el escalafón fuese independiente: se acabarían carteles sin sentido“

Otra vuelta de tuerca en Pamplona. Lo ha hecho en las principales ferias: Sevilla, Madrid… sin toros. Ayer, al final, un toro de encaste distinto dentro de la corrida de El Puerto le permitió dar la dimensión de torero que viene proyectando. Ya había mostrado una gran capacidad en el muy malo, que fue el tercero, y le cortó una oreja de gran mérito. En este programa es un fijo: Sevilla, Madrid y ahora Pamplona. José Garrido, buenas noches.

Buenas noches.

Encantado de hablar contigo. La prensa ha sido unánime en volver a testar el fuelle y capacidad de un torero sin apenas toros. Se vieron las dos dimensiones de capacidad. En el malo técnica, y en el que era mejor tesón y ritmo. Si le metes la espada al sexto, dos orejas.

Sí, una pena no haber sido el colofón a esa PG, pero tal y como iba la tarde de cuesta arriba, el triunfo era salir con la cabeza alta y el triunfo así fue, de enjaretar una gran faena a ese sexto toro y poner Pamplona de mi parte.

Ese toro ya era otro encaste, más tirando a Raboso que a Atanasio, ¿notaste la diferencia de encaste, no?

La corrida no fue una corrida con facilidades, que para estar delante de ella era dura y aun así no te regalaba nada. Lo noté mucho a la hora de entrar a matar, se ponía siempre por delante. El sexto toro tuvo otro aire, otra condición, un fondo de nobleza donde se pudo sacar un poco más de agua.

En Sevilla dejaste impronta de capa y la capacidad y actitud de muleta. Madrid dejaste tu sello. Torero de grandes ferias.

Yo creo que donde hay que hacer los esfuerzos es ahí, donde hay que puntuar y donde tiene que sobresalir uno por encima de todos. Hasta ahora ha sido Sevilla, Madrid, Nimes… y ayer Pamplona era tarde de puntuar y de no dejarse nada en el hotel. Siempre desde la entrega y las ganas de querer ser.

Te preguntaba esto como trampolín para la siguiente pregunta: ferias importantes de plazas de segunda, desgraciadamente pocas. Tú siempre apostaste por la independencia. El año pasado le cortaste tres orejas en Palencia y este año no estás, ¿con qué cara te quedas?

En muchos sitios, cuatro o cinco plazas que el año pasado salí a hombros y ni siquiera han llamado. Palencia, Burgos, Gijón… plazas de segunda importantes y que a mí me viene bien estar anunciado en ellas y la impotencia de no estar tras triunfar te duele. Sabes que te lo mereces. La lucha la llevo junto a mis apoderados de forma constante, seguros que es el camino que quiero y por el que voy a luchar.

En Bilbao tienes tu sitio, el preferente, el que te has ganado. Independientemente a otras corridas de aquí al 20 de agosto, supongo que es tu gran reto. Es algo especial para ti.

Tú lo sabes bien. Desde novillero ha marcado mi carrera, y el año pasado me arregló la vida. Llegué sin puntuar en Sevilla ni en Madrid. Es una de las cuatro plazas importantes del orbe taurino y este año vuelvo con la misma ilusión y esperando que sea de nuevo la que me de la vida.

Merece la pena que un torero luche por su independencia fuera de los juegos de cromos porque esto es una carrera de fondo y a la larga eso va a tener premio, ¿no?

Sí, sería lo suyo que todo el escalafón fuera por su lado para que no hubiese tanta monotonía y algunos carteles sin sentido. Creo que cada torero es un mundo y cada uno se identifica por lo que hace tanto dentro como fuera de la plaza. Esa es la personalidad y el amor propio de un torero.