El premio al natural para Moral, la sangre para Caballero y el toreo bajo la lluvia de Eugenio en Pamplona

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ


La cuarta de la feria del Toro de Pamplona planteaba este sábado un cartel pleno de justicia para toreros que se lo habían ganado en el ruedo: Eugenio de Mora, Pepe Moral y Gonzalo Caballero haciendo a las seis y media en punto el paseíllo frente a la corrida de José Escolar.


"Bravucón”, número 40 con un peso de 565 kilos era el imponente primero de José Escolar, también primero del lote de Eugenio de Mora. El torero toledano lo recibió a la verónica pero le hizo un extraño venciéndose por el pitón izquierdo. Al relance acudió al caballo que guardaba Álvaro Rodríguez, empujando el animal con la cara alta en todo momento y sin hacer las cosas por derecho. Lo probó en dos ocasiones más sin que terminase de romper el astado. Fernando Téllez se encargó de la lidia de un toro correoso hasta que De Mora tomó la muleta. Fácil fue el primer par de banderillas de José Ignacio Rodríguez "Puchi”, entrando en segundo lugar el tercero Víctor Cañas. Le apretó el toro a los adentros a José Manuel Pérez, que le hizo el quite a Cañas en el segundo par. Aunque consiguió sacarle una primera tanda de tragar mucho, luego el animal esa condición correosa la transformó en peligrosísima, embistiendo siempre por dentro y no permitiendo estar delante de su cara en ningún momento. El torero toledano le metió a la segunda la espada como pudo. Toro zorrón que lo finiquitó de descabello. Silencio.


"Cocinero”, número 35, fue el segundo de la tarde, nacido en octubre de 2012 con 505 kilos de peso. Francisco Romero le ejecutó dos varas largas al astado. Le humilló aunque le faltó la fuerza al peto. En el tercio de banderillas, Vicente Varela pasó en falso en la primera entrada. Juan Sierra lidió al animal. José Manuel Pérez dejó una sola en la segunda entrada. Correoso y mirón se mostró el toro durante todo el trasteo del torero de Los Palacios, que a pesar de las evidentes dificultades que mostró el de José Escolar tuvo valor para ponerse al natural y soplarle algunos compases de buen trazo. No fructificó su labor por la mala condición del animal, metiendo el acero y requiriendo de varios golpes de verduguillo. Silencio.


"Voluntario” se llamaba el tercero de la tarde, primero del lote de Gonzalo Caballero. Se le escurrió un punto la puya en el primer encuentro a Agustín Navarro, guardando la puerta Manuel José Bernal. José Mora le dejó el primer par de banderillas ante la lidia siempre efectiva y suave de Miguel Martín. El tercero Javier Gómez Pascual entró en segundo lugar. Al público de Pamplona fue el brindis de Gonzalo Caballero, que comenzó a domeñar el tranco a zurdas de un toro zorrón igual que sus hermanos anteriores, al que había que poderle desde el primer momento. Se puso de verdad el madrileño, que le sopló muletazos también a diestras buscando en todo momento la colocación. El momento dramático llegó a la hora de entrar a matar, cuando el toro lo prendió por la chaquetilla en unos angustiosos instantes. Fue conducido rápidamente a la enfermería por su cuadrilla y por Miguel Abellán, presente en el callejón. Al llegar a ella, pidió que le quitaran la chaquetilla y salió de nuevo a finiquitar al animal, matando de estocada que requirió de varios golpes de verduguillo. Por su propio pie pasó a la enfermería.


Intentó bajarle la mano en todo momento Eugenio de Mora a las dos imponentes velas que lucía el cuarto de la tarde, el "Diputado” que se dio la vuelta en el encierro. Marcial Rodríguez le propinó un fuerte primer puyazo. Sólo un palo pudo dejar Víctor Cañas en su entrada, siendo habilidoso Puchi en la lidia. Cayó la monumental de agua mientras Eugenio de Mora le planteó el toreo por la mano izquierda a un toro humillador que le faltó un punto de viveza en su viaje. Se cruzó de verdad el torero toledano, sacando su oficio ante el despoblamiento general de los tendidos de sol por el agua que caía en ese momento. Toreo por abajo del que no se enteró lo que quedó de plaza. Ovación tras petición.


Sevillano, cárdeno oscuro, segundo cinqueño de la tarde, se llamaba el quinto, con 580 kilos de peso. Juan Antonio Carbonell se encargó del tercio de varas del animal. Vicente Varela llevó a cabo la brega, dejando el primer par Juan Sierra ante un astado que le cortó violentamente. José Manuel Pérez entró en segundo lugar. Se convenció Pepe Moral del lado izquierdo del animal, llevándolo suave y largo por la mano zurda, consiguiendo buenos momentos. Mejor fue ese lado que el derecho, más ingrato. Volvió a la zurda el palaciego para soplarle muletazos de mucho mérito, también en el epílogo destacando por ese pitón. Mató de metisaca y estocada entera. Oreja.


Se revolvía en el capote de Eugenio de Mora el sexto de la tarde, "Sentido”, número 42, negro entrepelado nacido en noviembre de 2012. Por la cornada de Gonzalo Caballero Álvaro Rodríguez se encargó del tercio de varas del sexto, guardando la puerta de nuevo Marcial Rodríguez. Se le cayó trasero y abajo el puyazo a Rodríguez, pero no rectificó la vara. Fernando Téllez lidió al animal, exponiendo en el primer par Miguel Martín pero dejando tan sólo un palo porque el otro se cayó. Javier Gómez Pascual entró como tercero y destacó también el tercer par de Martín. Hizo lo que pudo muleta en mano el toledano con una auténtica alimaña. Silencio tras meter como pudo la espada.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Pamplona. Cuarta de la feria del Toro. Corrida de toros. Lleno.

Seis toros de José Escolar.

Eugenio de Mora, silencio, ovación y silencio.

Pepe Moral, silencio y oreja.

Gonzalo Caballero, palmas y herido. 

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