Adolfo fracasa en su presencia isidril

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Adolfo fracasa en su presencia isidril


  • -La corrida de Adolfo Martín desesperó por juego, pero sobre todo por presencia.
  • -Uno de los hierros que más se han prodigado en anunciar el Toro-Toro como eje de la Fiesta echó un encierro en Madrid que, si llega a llevar otro hierro… quién sabe lo que hubiese ocurrido.
  • -Sobresalió el arrojo callado de un Antonio Ferrera que es gloria verlo este año. Con el bueno, con el malo, pero sobre todo con el mediopensionista.
  • -Ni un toro del hierro cárdeno valió para el lucimiento: es más, con instinto zorrón y peligro sordo, se lo puso complicado para el lucimiento a Ferrera, Bautista y Escribano


  • JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO


    Juan Bautista se colaba entre rehileteros en la tarde de este viernes en Madrid. Llegaba la corrida de Adolfo Martín tradicional dentro de la semana torista del ciclo isidril y la figura gala, que el pasado domingo triunfó en su encerrona con distintos encastes en la Feria de Pentecostés de Nimes y un día más tarde cortó una oreja a una seria corrida de Alcurrucén en Vic, regresaba a la plaza que se lo ha dado todo. Lo hacía al lado de Ferrera, que cortó la oreja más compacta en lo que va de Feria de San Isidro, y de Escribano, que afrontaba su segunda tarde en el ciclo isidril.


    "Comadrón”, cárdeno oscuro, era el primero de la tarde, nacido en octubre de 2012 con 548 kilos de peso. Tal fue el derrote que le dio a Ferrera el toro en el capote que le partió el vestido, haciendo cosas feas después ante la capacidad lidiadora del extremeño. Breve fue el primer puyazo, en el que Ferrera anduvo en lidiador para dejarlo en suerte antes del segundo. Andandito fue el toro en todo el tercio de banderillas protagonizado por Escribano y Ferrera. Ganándole fácil la cara en sus pares Ferrera, también fue listo Escribano para aguantarle las frenadas al cárdeno. En todo momento buscó la colocación Feera ante un toro complicado, cortas, intentando arañar el lucimiento el extremeño. Especialmente buscó el toreo con la mano zurda, sacándoselos de uno en uno, pero fue imposible el de Martín. Mató de pinchazo y estocada.


    "Buscador”, cárdeno, era el segundo de la tarde, un animal que a punto estuvo de estrellarse contra el burladero. 495 kilos era el peso del animal, que era una auténtica pintura como toro de Madrid, y andandito le embistió al capote de Bautista, aunque faltándole un punto de alegría. Romaneó en el caballo de Puchano el toro, metiendo las fuerzas con un solo pitón y levantando con éste todo el peso del picador. Por delante entró efectivo en el tercio de banderillas César Fernández, siguiéndole en suerte Rafael González ante la lidia de Rafael Viotti. Al público fue el brindis del torero de Arles, que se fue directamente a los medios para plantearle el toreo a diestras. Intentó sacarle con temple lo poco que tenía el animal, siempre a menos y sin darle opciones. Mató de pinchazo y estocada y fue silenciado.

    "Murcianito”, un nombre mítico en la ganadería de Adolfo Martín, era el tercero, al que sin miramientos se fue a la puerta de chiqueros Manuel Escribano para saludarlo de una airosa cambiada de hinojos. Al relance se fue al caballo de Juan José Esquivel en el primer puyazo, que luego y con un Antonio Ferrerae haciendo magistralmente de director de lidia, le recetó un buen segundo puyazo. Antonio Manuel Punta lidió al animal entre los pares de Escribano y Ferrera, dando espectáculo siempre. Le hizo varios extraños en el inicio de la faena, no empleándose el animal y desentendiéndose de telas y trazos del sevillano. Además, cuando entraba a los engaños del de Gerena, lo hacía a través de tarascadas. Mató de estocada. Silencio.


    "Chaparrito” llevaba por nombre el cuarto de Adolfo Martín, segundo del lote de Antonio Ferrera, un toro con 532 kilos de peso y más alto que sus hermanos. Tuvo habilidad Antonio Prieto a caballo para caer de pie ante una primera entrada al relance del toro al caballo en la que logró derribarlo, un animal engallado, con el cuello en alto, que le ganó la acción al peto a pesar de que se agarró perfecto en todo el hoyo de las agujas Prieto. Defendiéndose embistió en la segunda puya. Decidió no banderillear Antonio Ferrera frente a un animal que tenía demasiada fuerza guardada, pegando arreones a Javier Valdeoro palos en mano y a José Manuel Montoliú en la brega. José Núñez Pilo, el tercero, le debió aguantar una barbaridad para dejar solamente un palo. Papeleta para Ferrera. Desentendido de todo, Ferrera intentó sonsacarle naturales de mérito ante un animal zorrón y que no quiso nada franco. Se inventó una faena de mérito en terrenos del seis, robándole otra serie a diestras. No acertó a espadas, recibiendo ovación tras dos avisos.


    Andándole hacia atrás fue el toreo de capa de Juan Bautista al "Aviador” quinto, otro nombre mítico en el hierro, que manseó de salida en la que comenzaron de las protestas.Protestadísimo fue el toro por su falta de fuerzas agudizada en el caballo, que también mostró esa condición en las banderillas. Humillador en la muleta de Bautista, no fue un toro fácil precisamente por la falta de fuerzas que venía arrastrando. No pudo hacer nada el torero de Arles, que se vio de nuevo sin materia prima. Sólo pudo robarle algunos muletazos de calidad en el epílogo.


    Más alegría tuvo el sexto de la tarde, un toro al que le echó con brío el capote a la verónica Manuel Escribano. Efectivo fue el tercio de varas ante la lidia de Juan Sierra entre los pares de banderillas de Escribano. Espectacular fue el último par, en el que el toro estuvo a punto de cogerlo en la bocana del burladero. Al público fue el brindis del torero, que comenzó faena sin lucimiento ante el anodino y aplomado animal. No pudo siquiera justificarse. Le metió el acero con tremenda facilidad. Silencio.


    FICHA DEL FESTEJO

    Plaza de toros de Las Ventas. 30ª de la feria de San Isidro. 21764 espectadores.

    Seis toros de Adolfo Martín, desiguales de presencia, parejos de tipo. Deslucido y sin poder el reponedor primero; pasador sin clase ni transmisión el segundo; aplomado y sin raza el anodino tercero; manso de carretas el cuarto; bobalicón sin entrega ni vida el inválido quinto; anodino y aplomado el humillador sexto.

    Antonio Ferrera, silencio y ovación tras dos avisos.

    Juan Bautista, silencio y silencio.

    Manuel Escribano, silencio y silencio. 

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