“Buscaplebes” se llamaba el cuarto de la tarde, segundo del lote de Diego Urdiales, con el que el riojano no pudo lucirse a la verónica y debió perderle muchos pasos de salida. De lejos se lo dejó en el primer puyazo a Manuel Burgos, haciéndole el toro un recorte al picador en el momento de la suerte. Largo lo dejó también en el segundo puyazo, dejando ahora sí la vara en todo lo alto y manteniendo con valor el palo ante el empuje del cárdeno. Espectacular fue también la tercera arrancada, pero sólo tuvo eso, porque el embroque no fue para nada lucido. Entre ovaciones se despidió cuando abandonaba el ruedo. Efectivos anduvieron los hombres de plata. No se compenetraron toro y torero en la faena de muleta, en la que tuvo que tragar ante el tranco corto el riojano. Dos pinchazos y una estocada dejó.
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