Segundo toro de Juan Pedro para Manzanares. Imposible el toro, silenciado Manzanares

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Cuatreño era el quinto, pesando 538 kilos, un animal muy bajo al que Manzanares recibió a la verónica con mucho gusto, llenas de armonía. Paco María se encargó del tercio de varas del animal, ante un toro que acudió presto a la primera vara, pero luego tuvo instinto huidizo hacia el caballo de Chocolate. Buena fue también la segunda vara, arrancándose el toro con la cara abajo y aguantándole el empuje María. Llegándole mucho a la cara al toro entró Jesús González “Suso” en el primer par, soplando con fuerza el viento en el momento en el que lo lidiaba Rafael Rosa, que le dio muchos tiempos al animal para darle oxígeno. Durante toda la ceremonia de devolución de trastos los subalternos lo sujetaron de forma perfecta, aunque se les fue antes del brindis. Acusó la falta de fuerzas el animal en los primeros compases del trasteo tras dedicar su faena al Rey emérito don Juan Carlos. No tuvo celo el animal, que se vino soberanamente a menos y con el que nada pudo hacer el alicantino, sólo matarlo de un soberbio estoconazo. 

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